Belgrado

Serbia entrega a Mladic para ingresar en la UE

Los Balcanes representan la metáfora del vaso por la mitad para la UE. En los últimos meses, Bruselas lo vio medio vacío, al ser una región que no avanzaba en sus compromisos, con elecciones fraudulentas en Albania, líderes investigados por tráfico de órganos en Kosovo, amenazas de secesión en Bosnia y disputas internas entre serbios y kosovares.

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Sin embargo, la detención ayer del criminal de guerra más buscado tras el conflicto de la ex Yugoslavia, Ratko Mladic, no sólo permitió enterrar fantasmas del pasado, sino también dio un impulso fundamental a la adhesión de Serbia a la UE y, así, a la estabilización de una región que cada día se hundía más en el fango. El vaso se vio a rebosar. «Se ha eliminado un gran obstáculo», resumió el comisario europeo de Ampliación y Vecindad, Stefan Füle, quien dirige las negociaciones con los Balcanes para su entrada en la familia de la Unión. «Si la cuestión es si Serbia está más cerca hoy de la UE que ayer, la respuesta es absolutamente sí», contestó en una rueda de prensa. La detención del criminal de guerra, uno de los requisitos de los europeos para dar el visto bueno a Belgrado, se produjo en Lazarevo, al norte del país, donde vivía bajo otra identidad. Detrás se ocultaba el sanguinario militar que dirigió el cerco a Sarajevo, en el que murieron más de 10.000 personas y la masacre de Srebrenica, donde fueron ejecutados 8.000 bosnios.

Una vez detenido, los europeos esperan que sea transferido «lo más rápidamente posible» a La Haya, donde se le acusará de genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. El comisario Fule rindió tributo al «papel personal» jugado por el presidente serbio, Boris Tadic, en el arresto del prófugo, en busca y captura desde hace 16 años. El austriaco también elogió el papel que está jugando el líder serbio en la «reconciliación y la estabilidad regional en los Balcanes».Frente al torrente de felicitaciones y optimismo que llegaron desde todas las instituciones europeas y también de la OTAN, muy pocos quisieron nadar contra corriente. La nota más negativa, de hecho, había llegado por parte del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia, que justo ayer hizo público su informe periódico en el que consideraba que, hasta ahora, habían sido «insuficientes» los esfuerzos realizados para su captura.

La coincidencia del arresto con la visita ayer a Belgrado de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y con la publicación del informe de la Corte disparó los rumores sobre la posibilidad de que los serbios jugaron la carta del arresto y que, por tanto, conocían los detalles del lugar del ex militar. «No me importa el día, sino que se ha hecho», zanjó Füle al ser preguntado por los periodistas. Aunque Serbia ha probado su «credibilidad» por entrar en la UE, según dijo el comisario, tiene un largo y tortuoso camino por delante, como puede ver en sus vecinos croatas a punto de concluir sus negociaciones tras seis años. Primero tiene que dar captura al otro criminal fugado, el líder serbio Goran Hadzic, y esperar a que la Comisión Europea de su opinión positiva el próximo octubre sobre la apertura de negociaciones.

La larga lista de reformas pendientes, en asuntos como la Justicia, continúa presente, y países como Holanda, que carga aun con el remordimiento de no haber impedido la matanza de Srebrenica, seguirán de cerca los progresos serbios, dispuestos a bloquear el camino. Sin embargo el arresto del responsable del último genocidio ocurrido en suelo europeo fue un bálsamo reconciliatorio para una región que ayer brindó con un vaso (medio lleno) por su futuro europeo.

«En malas condiciones físicas»
Mladic, de 69 años, se encuentra actualmente en el Tribunal especial para los crímenes de guerra de Belgrado. «Está en condiciones físicas bastante malas», según fuentes judiciales. Es un hombre «bastante pálido», lo que demuestra que «no salía mucho», señaló Rasim Ljajic, presidente del Comité serbio para la Cooperación con el Tribunal de La Haya. La prensa local asegura que el «Carnicero de Srebrenica» ha envejecido mucho y apenas puede mover una brazo debido a una enfermedad. De hecho, la comparecencia de Mladic se interrumpió por su precario estado de salud. Hoy un médico decidirá si puede seguir con el interrogatorio.