Navarra

«Retiran el dinero para seguridad y se lo van a dar a los presos de ETA»

Viven la vida de su protegido, al que denominan «VIP». Son la sombra de políticos, empresarios, personalidades... Están alerta las 24 horas. No tienen horario y saben que un detalle puede arriesgar su vida y la de su protegido.

Los escoltas del País Vasco y Navarra advierten de que la reducción de la protección a los cargos y ex cargos es «una temeridad»
Los escoltas del País Vasco y Navarra advierten de que la reducción de la protección a los cargos y ex cargos es «una temeridad»larazon

Sus planes son los mismos que los del «VIP», y llegan siempre antes a los destinos para realizar el control visual. Matrículas, contenedores, movimientos, gestos... Lo revisan todo y su capacidad de reacción es instantánea. Cada tres meses tienen que volver a examinarse de tiro, y si suspenden «vamos a la calle», cuentan. Ven con preocupación la llegada de Bildu a las instituciones. El escolta de un edil vasco cuenta a LA RAZÓN sus preocupaciones ante la decisión de mermar la seguridad. 

Por precaución, prefiere no dar su nombre. Lleva muchos años ejerciendo de escolta y critica que ahora «nos venden la moto de que todo está más relajado, pero no es así». Ve el riesgo claro: «Ahora tienen las listas de todos los censos y saben dónde viven nuestros protegidos». Pero además, critica que por un error informático, cuando salieron a concurso las plicas (empresas de seguridad) «también saben dónde vivimos nosotros». Pero al riesgo de Bildu se une otro de sus miedos: el que quedarse sin trabajo. «Dicen que van a retirar el dinero que hay destinado para las escoltas y se lo van a dar a los presos» de ETA, lamenta.

La reducción de la seguridad la considera «una temeridad». «Si vas con un protegido y sin vehículo, la protección que se le da es nula. Estamos preparados para repeler y evacuar y uno solo no puede hacer esa función». Y es que el ánimo también influye en las labores de protección. «Te siguen llamando «txakurra (perro), te insultan, es el día a día». Además, se quejan de que las empresas de vigilancia «sólo están preocupadas de sacar la máxima rentabilidad, algo que el Gobierno vasco ha permitido».