Chamartín

Fallece César Sánchez el gran impulsor de la música coral infantil

 La Escolanía Nuestra Señora del Recuerdo, dirigida por Sánchez, ofreció más de cien actuaciones en el Teatro Real

César Sánchez
César Sánchezlarazon

La Escolanía Nuestra Señora del Recuerdo dijo adiós recientemente a su fundador, César Sánchez, a los 83 años de edad. Su buen hacer llevó a la formación musical a un alto grado de calidad, como pudo comprobarse en las más de cien representaciones que el conjunto ofreció en el Tea­tro Real de Ma­drid, en títulos como «Otello», «Tu­ran­dot», «Di­vi­nas Pa­la­bras», «Boris Go­du­nov», «Wert­her», «La Bohè­me», junto a directores de la talla de Zubin Metha, Mar­ke­vitch, Gar­cía Asen­sio, Clau­dio Ab­ba­do, Odón Alon­so, Rafaël Frühbeck de Bur­gos, Pen­de­re­cki, Josep Pons, Adrian Lea­per, Hans Mar­tín Sch­neidt, Vla­di­mir Kcanj­ceuich, Hans Ru­dolf Jöbeley, Aldo Cec­ca­to. Abandonó la dirección de la Escolanía en el año 2007 por su avanzada edad. Le sucedió David González Tejero, quien sigue al frente del conjunto. Se formó en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, aunque su técnica para la enseñanza musical para niños fue autodidacta. Fundó y dirigió la primera Escolanía en el Colegio de la Salle de Santander, en 1952. No fue hasta mediados de los 50 que decidió trasladarse a Madrid. En la capital creó el coro infantil del Santo Ángel de la Guarda, cuya dirección alternó con la Escolanía del Santísimo Sacramento. Tiempo después fundó la Escolanía de la Sagrada Familia, que pertenecía al colegio del mismo nombre. Medalla de oro de UnicefEn 1961, llegó al colegio de los Jesuitas en Chamartín, donde finalmente se hizo cargo de la Escolanía del colegio Nuestra Señora del Recuerdo. Además de la formación musical, estuvo muy interesado en la integración social de los niños que la componían. Re­ci­bió la Me­da­lla de Oro de la UNI­CEF por la de­sin­te­re­sa­da labor mu­si­cal rea­li­za­da a favor de los niños y en fe­bre­ro de 2004 re­ci­bió la En­co­mien­da de Al­fon­so X el Sabio, en agra­de­ci­mien­to a su larga labor mu­si­cal.