Bruselas
Aguilar actúe
De entrada, el Gobierno debería pedir al Ejecutivo francés explicaciones por las declaraciones hechas por su secretario de Estado de Consumo. A continuación, tiene que instar a los de París a no poner en marcha las medidas anunciadas por ese alto cargo galo. Por último, debe dirigirse a la CE para denunciar estas prácticas contra la libre circulación de mercancías y el mercado único. Lo que no puede ni debe hacer es quedarse callado y no defender los intereses de los agricultores españoles. El problema es viejo en las relaciones agrarias y comerciales hispano-francesas: cuando en el vecino país tienen un problema de bajos precios de sus productos, los agricultores denuncian que se debe a los envíos procedentes de España, y puede que eso sea verdad, porque somos más competitivos que ellos. A continuación, y en épocas pasadas, llegaban los ataques a los camiones. Ahora son las autoridades de este país las que utilizan métodos más sofisticados, como el anuncio de esos controles en frontera, con el argumento de que hay que proteger al consumidor. Si han llegado a Francia partidas de melocotones de España que incumplen la normativa comunitaria, se debe utilizar el sistema de trazabilidad para identificar a los culpables. Lo que no se puede hacer es usar excusas sanitarias y de protección al consumidor para justificar unas medidas que tienen como único fin proteger a sus agricultores. La ministra y los de Bruselas deben tomar cartas en el asunto ya.
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