Lima

Letizia brindis por el ahorro

La Princesa de Asturias ha tirado de armario en su viaje a Perú. Así utilizó dos de sus vestidos preferidos en un mismo día, lo que le ha permitido ahorrar más de 12.000 euros

Lima (Perú) -Noviembre 2010
Lima (Perú) -Noviembre 2010larazon

Doña Letizia también hace números. Y las cuentas le salen redondas: más de 12.000 euros de ahorro. Aunque sí ha sido habitual que La Reina «reforme» algunos de sus vestidos para volver a lucirlos en looks diferentes, hasta ahora ninguna mujer de la Familia Real había «repetido» vestimenta de forma tan constante. Tampoco suele ser algo habitual en otras monarcas, como la princesa Rania de Jordania, ni en primeras damas «fashionistas». Véase Carla Bruni. Pero la Princesa de Asturias, quien ha confesado más de una vez que no le importa lucir el mismo diseño, lo ha puesto de manifiesto esta semana en el viaje oficial a Perú, donde ha lucido un par de sus vestidos más celebrados, ambos de Felipe Varela. Pero en esta ocasión la noticia ha tenido especial relevancia al tratarse de dos de los diseños más reconocibles y al optar por ambos en un mismo día.

El primero de ellos, un vestido «de trabajo» valorado en 2.000 euros y realizado en grosgrain de color frambuesa, es probablemente, y dicho en términos de moda, su gran hit. Lo ha llevado hasta en cinco ocasiones desde su estreno en la inauguración de ARCO en febrero de 2009. Pero si por algo se mantiene en nuestras retinas es porque fue el elegido por Doña Letizia para su primer encuentro oficial con su gran «contrincante» europea en estilo: Carla Bruni. Nadie olvidará aquel 27 de abril de 2009 en el que las dos damas más elegantes del «poder» europeo se encontraron, cara a cara, en Madrid. Bruni, de azul chez Dior, y Letizia, de frambuesa, dieron una lección de estilo. Doña Letizia, que acompañaba su vestido con unos zapatos en ante rosa y plataforma maxi de Magrit for Varela, se sintió tan cómoda y acertada con él que no dudó en repetirlo hasta en tres ocasiones más: en mayo de ese mismo año 2009, durante un acto en la Casa de América de Madrid, en marzo de 2010 durante un encuentro con la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre,y la más reciente, esta semana en uno de los actos oficiales con presencia del presidente de Perú, Alan García. Y no sólo llevó el ya conocido vestido, sino que repitió también los mismos zapatos, esos que luce en diferentes colores y también en versión botín (Magrit for Varela).


Cuestión de protocolo
El segundo acierto de la Princesa en su visita al país andino ha sido el de escoger, para la cena de gala celebrada en el Palacio de Gobierno en Lima, el maravilloso vestido rojo con cuerpo drapeado, escote strapless y falda realizada con flores de gasa y abertura lateral, que llevó a la fiesta previa a la boda de Victoria de Suecia celebrada el pasado 18 de junio. El rojo lipstick –como el de una barra de labios– le favorece, baste recordar la pieza de Lorenzo Caprile que lució como prometida del Príncipe Felipe en la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson. Muchos se preguntan por qué no repite aquel diseño y sí este. La respuesta: una simple cuestión de respeto y protocolo. En aquella ocasión, se trataba de la boda Real de un heredero. En el caso del vestido de Varela, la princesa lo lució en una de las fiestas previas a la boda de la futura reina de Suecia. La diferencia es considerable.

No sería de recibo que la Princesa repitiese un vestido lucido en una boda Real. Cuestión de exclusividad y respeto. Y tan confiada se vio en su vestido utilizado en Estocolmo –inspirado en una de las maravillosas piezas de la colección de P/V 2010 del dominicano Oscar de la Renta– que ha vuelto a llevarlo con el «look» exacto de entonces: zapatos peep-toe con maxi plataforma, clutch con lentejuelas y foulard, todo de Varela, y las mismas joyas: pendientes de aro en platino con diamantes, brazalete en el brazo derecho y su anillo de casada. En total, todo el conjunto –salvo las joyas, de valor incalculable– cuesta unos 3.100, por lo que, al haberles concedido una segunda vida, Doña Letizia ha evitado un desembolso adicional considerable.

Un consejo: no busquen ninguno de estos dos vestidos en la boutique madrileña de Felipe Varela. Ya no existen. En su lugar, el escaparate da la bienvenida con otro de los looks más cuestionados de la Princesa: el que lució en el último desfile de las Fuerzas Armadas y que por tratarse de un traje pantalón en vez de falda (la blusa en georgette salmón cuesta 540 euros y el pantalón con raya, similar, 220), generó opiniones encontradas.