Controlar el uso de los videojuegos evita posibles actitudes antisociales

Cuando el tiempo de disfrute es excesivo, "los videojuegos dejan de ser juegos", ha afirmado a EFE la responsable del Área de Pediatría del Hospital USP San Jaime, en Torrevieja (Alicante), Nuria Escudero. En su opinión, el problema no radica en que el niño utilice y disfrute de los videojuegos, "que en lo positivo constituyen una herramienta de aprendizaje y de familiarización con las nuevas tecnologías, sino en que dedique a ese juego un tiempo excesivo". "Un abuso puede provocar aislamiento, irritación, agresividad y otra serie de problemas como dolores de cabeza o vista cansada", ha reiterado la especialista.

Según ha explicado, los cambios de actitud del menor son la mejor advertencia para padres y familiares de que un problema de dependencia con el videojuego puede estar surgiendo.
Una atención exclusiva a lo que hasta entonces ha sido un juego y muestras de irascibilidad e incluso de violencia cuando se le niega la posibilidad de que los utilice son algunos de estas "señales". "Si el niño llega a casa e inmediatamente conecta la videoconsola, busca el aislamiento y llega incluso a mentir para utilizar lo que era un juego en principio, estamos ante un problema que requiere atención", ha explicado.

Por ello, ha recomendado a los adultos que regulen convenientemente el tiempo de utilización de los videojuegos y que estos constituyan una herramienta de aprendizaje en positivo.
"La tarea de los adultos es educativa, formativa y preventiva", ha subrayado Escudero. El uso de estos juegos debe servir tanto para entretener como para reforzar el vínculo, la comunicación y el contacto entre padres e hijos, "jugando con ellos en ocasiones, pero limitando el tiempo de uso y supervisando la adquisición de los juegos que sean adecuados para estos fines".