Bildu
Bildu es obra de ETA
Con la proclamación de las candidaturas a las elecciones locales y forales, arranca una semana decisiva para conocer las posibilidades de que ETA se cuele en las instituciones. Frustrada la opción de Sortu, el plan B de Batasuna, Bildu, aparece como una amenaza que debe ser contestada por el Estado de Derecho. Hay tiempo y herramientas incluso para impugnar las candidaturas durante la campaña electoral y habría de plazo hasta justo antes de que comenzase la jornada de reflexión después de la reciente reforma de la Ley Electoral, pero extremar tanto los tiempos, aunque sea legal, no resulta conveniente y tampoco necesario. Que se regale espacio para que la nueva marca proetarra tome oxígeno y crezca supone un error que no se debe cometer. Sobre todo cuando se cuenta con un caudal probatorio contrastado que demuestra que Bildu es una criatura de la banda terrorista para lograr el objetivo de estar presente en las instituciones. LA RAZÓN ha informado desde el 18 de febrero de que el plan B de Batasuna era concurrir en las listas de Eusko Alkartasuna, según el acuerdo entre ambas formaciones que contaba con el beneplácito de ETA. De hecho, los compromisos con EA aparecían en los documentos que ETA trasladó a Batasuna a través de EKIN (su comisariado político), y en los que incluso se denominaba «compañero de viaje» a EA. El informe de la Policía Nacional y el de la Guardia Civil, que hoy publicamos, confirman, basados en documentos intervenidos a ETA, que la banda ordenó a Batasuna crear esa coalición independentista en el marco de la estrategia «Proceso democrático». El desarrollo de ese plan llevó a que Batasuna alcanzara pactos con EA y con Alternatiba. Por tanto, es evidente que Batasuna no sólo participa en Bildu, sino que fue su instrumento dinamizador. La Fiscalía y la Abogacía del Estado disponen de una base más que sólida para actuar ya contra Bildu. En principio, el criterio manejado por el Ministerio Público sería impugnar la candidatura de Bildu a las elecciones y no sólo las listas. Estamos de acuerdo. La pésima experiencia de ANV, que permitió su presencia en un buen número de municipios, no puede repetirse. Aquello constituyó una ofensa a las víctimas y una victoria para ETA y sus secuaces. Actuar contra las listas de forma individual limitaría los filtros y proporcionaría opciones a Bildu para conseguir sus objetivos. No hay razones jurídicas para apostar por decisiones dubitativas, sino para todo lo contrario. Hay suficiente carga inculpatoria para que el proyecto de Bildu fracase y, con él, la última estratagema de ETA para burlar la Ley. Que los terroristas se mantengan fuera de las instituciones fortalecerá la democracia. ETA ha tutelado todo este proceso y ETA no está derrotada ni se siente vencida, como han atestiguado los comunicados de los últimos días. El final de la banda terrorista debe ser el objetivo prioritario de los demócratas. Por eso, sería conveniente que los dos grandes partidos evitaran que la lucha antiterrorista formara parte de la trifulca electoral. En este punto, los últimos días no han sido precisamente ejemplares y cabe esperar que se imponga el sentido de la responsabilidad.
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