Pesadilla en una guardería francesa

El tiempo durante el que un joven de diecisiete años, aquejado de trastornos psiquiátricos, mantuvo en jaque a las familias de una veintena de niños a los que tomó como rehenes desde primera hora de la mañana y antes de que una unidad de elite de la policía gala (GIPN) interviniera finalmente para conseguir la liberación de los infantes.

Pese a que el adolescente irrumpió en la guardería armado con dos sables, en ningún momento se mostró agresivo ni los utilizó, por fortuna, para amenazar violentamente ni a los menores ni a la responsable de la clase. «Es alguien más depresivo que peligroso», indicó un responsable del sindicato galo Alliance, que confirmó los instintos suicidas del joven, que como única exigencia pidió un arma con la intención de quitarse la vida. Una actitud que se explica por el hecho de que llevaba varios días sin tomar su tratamiento, según confirmaron las autoridades locales.

Un grupo de hombres del GIPN, cuerpo especializado en secuestros, aprovechó la hora del almuerzo para dar el asalto final tras convencer al joven de que aceptara que les llevaran algo de comer. «Es en ese momento cuando la Policía de élite entra en acción, separa a los niños, los libera, y detiene al secuestrador. Todo con calma y sin violencia», comentó aliviado el ministro galo de Educación, Luc Chatel, que a mediodía llegaba a las inmediaciones de la escuela, en el barrio sensible de La Planoise, en donde estaba también escolarizado el muchacho, conocido por su fragilidad mental.

Desde el primer instante, la Policía, que enseguida desplegó un importante dispositivo de seguridad en torno a la escuela, estuvo en contacto telefónico con el secuestrador antes de que un negociador tomara el relevo. Inducido por los consejos de los agentes, el joven fue liberando progresivamente a los alumnos, de entre 4 y 6 años, hasta que sólo quedaron cinco de ellos, además de la educadora.

La templanza y la sangre fría con la que la docente supo mantener ocupados a los niños durante el trance, resultó, de hecho, esencial, según los psicólogos, para evitar tanto que fueran conscientes de la gravedad de la situación como para limitar posibles secuelas traumáticas.

En las inmediaciones del centro se pasó de la tensión de los familiares de los niños a la más absoluta alegría por el feliz desarrollo de los acontecimientos. En un comunicado, el presidente Sarkozy destacó la «profesionalidad» del personal del centro.


Sangrientos ataques a escuelas
13/05/1993: la «bomba humana»
En una guardería de Neuilly-sur-Seine, un barrio residencial en el oeste de París, Éric Schmitt, que se hacía llamar «H. B.» (Human Bomb, bomba humana), armado y encapuchado, secuestra a toda una clase con 21 niños y reclama 15 millones de euros por su liberación. La Policía tuvo que matarle para liberar a los niños sanos y salvos.

13/03/1996: Terror en dunblane
Un comerciante desempleado y ex guía de los scouts, Thomas Hamilton, irrumpe en la escuela de primaria de Dunblane (Escocia) armado con dos pistolas y dos revólveres y abre fuego, sin mediar palabra, sobre los niños de 5 y 6 años que se encuentran en el gimnasio. Mata a 16 de ellos y a su profesora. Tras herir a otros trece, se suicida.

20/04/1999: Columbine
Dos jóvenes sometidos a tratamiento antidepresivo, Eric Harris, de 18 años, y Dylan Klebold, de 17, armados con revólveres y más de 30 bombas artesanales, abren fuego indiscriminadamente en el liceo Columbine, en la ciudad de Littleton (Colorado), matando a 12 estudiantes y a un profesor antes de suicidarse. Otros 24 adolescentes resultan heridos.

03/09/2004: Masacre en Beslán
Tras el asalto de un grupo de terroristas chechenos a la escuela número 1 de Beslán (Osetia del Norte), las fuerzas de seguridad rusas asaltan el edificio en el que los rebeldes retienen, entre niños y adultos, a más de un millar de personas. En el tiroteo mueren 370 rehenes (171 de ellos niños) y resultan heridos más de setecientos.

23/03/2010: El médico de Fujian
Ocho niños fallecen en la provincia china de Fujian, en marzo de este año, tras ser apuñalados por un médico de 41 años con problemas psiquiátricos que les atacó, por razones desconocidas, cuando llegaban por la mañana a su escuela. El infanticida tenía problemas psiquiátricos y había sido despedido de su trabajo en un dispensario.