Esfuerzo reconocido por Ángeles Pedraza

El día de ayer nos dio una gran alegría. Después de décadas en las que miles de vascos y navarros tuvieron que huir de su tierra por una única razón, ETA, se ha reconocido que se les debe devolver uno de los derechos y deberes más importantes del ciudadano, el del sufragio. Se exiliaron tras sufrir la barbarie del terrorismo etarra, por amenazas y extorsión de la banda o por la presión social de los grupos nacionalistas. Un calvario que les obligó a huir y alejarse de lo que más querían: su familia, sus raíces. Incluso los que son víctimas directas de atentados tuvieron que marcharse como si ellos fuesen culpables de lo sucedido. Suelo decir que temo la llegada del día en el que las víctimas tengan que pedir perdón por hacer apología de la justicia, pero si echamos la vista atrás, esto ya sucedía hace mucho tiempo. El día de ayer fue un haz de luz en estos momentos en los que ETA se fortalece en las instituciones. Con la diáspora vasca se alteró el censo electoral y poco a poco ETA y el nacionalismo radical escalaron posiciones en el terreno político a través del terrorismo y la presión social. Qué injusticia. Mientras en los años del plomo cientos de familias se rompieron por culpa de ETA y perdían su derecho a votar, la banda se fortalecía. Por todo ésto, el día de ayer fue un respiro de aire fresco, ya que se reconoció el esfuerzo que ha hecho cada persona que tuvo que dejar todo atrás y que hay que devolverle lo que era suyo: su voto. Si finalmente este proyecto sale adelante, quizá ese censo electoral alterado vuelva a su ser y en las urnas se podrá contar con la opinión de toda la población vasca.