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Rajoy un discurso para generar confianza
Su discurso de investidura marcará como objetivos prioritarios la reforma laboral y la reducción del déficit. El presidente electo reducirá el número de empresas públicas y de ministerios para ahorrar. Tenderá la mano al PSOE para llegar a acuerdos de Estado.> Cinco alternativas para reducir el déficit> ¿Por qué no racionalizar los gastos?, por José Ramón Pin
Mariano Rajoy se presenta ante el Congreso para afrontar lo que considera que es una sesión de investidura sin precedentes ante un situación económica del país también sin precedentes. Desde que ganó las elecciones generales se ha dedicado a estudiar las cifras y los informes que le han ido llegando, sobre todo desde la comisión encargada de negociar el traspaso de poderes con el Gobierno en funciones, para armar, precisamente, el plan de reformas y «sacrificios» para crecer y crear empleo que hoy detallará en sus líneas generales ante el Parlamento.
Su discurso será «realista» y en él se ajustará al programa electoral, aunque todo estará subordinado a cumplir con el objetivo de déficit establecido por Bruselas, que para finales de 2012 es del 4,4 por ciento. Por tanto, de ese cumplimiento de los compromisos adquiridos con los socios europeos dependerá el ritmo del nuevo Gobierno en la puesta en marcha de sus promesas, especialmente de las que en vez de comprimir el gasto lo aumenten, que en este último caso tampoco fueron muchas.
Sólo cabría una excepción, que es la de cumplir la Ley y revalorizar las pensiones, como anunció el propio Rajoy en la campaña electoral, y que hoy en último término también depende de la contabilidad nacional. Desde la victoria, él no ha ratificado expresamente ese compromiso, aunque sí ha podido deducirse que se mantenía de lo avanzado por otros dirigentes que están en su círculo de máxima confianza, como es Soraya Sáenz de Santamaría. Fuentes próximas a Rajoy precisaban ayer mismo a este diario que la intención «sigue existiendo».
Sin ese cuadro macroeconómico final y sin la previsión de crecimiento para 2012, que la dirección popular confía en tener en las próximas semanas, es «imposible» –sostienen– hacer una descripción al detalle del reajuste del gasto, aunque sea positivo que se haya rebajado algo la presión sobre nuestra deuda. «No tiene nada que ver hacer un ajuste para una desviación de décimas sobre el déficit del 6 por ciento a que estemos en el 7 o más. Por cada punto extra son 10.000 millones de euros más», explican en el entorno de Rajoy. Que no tengan toda la información del cierre del ejercicio justifica, según el PP, que Rajoy haga hoy un planteamiento global, a falta de que sus ministros se sienten con los directores generales y reciban los pertinentes informes de la Intervención General del Estado.
Ahora bien, su plan drástico de recorte del gasto sí puede incorporar ya, entre otras medidas, una primera racionalización administrativa que implique la supresión de altos cargos (y habrá en el futuro ajustes en sus nóminas); de ministerios, dentro de la nueva estructura del Gobierno, por supuesto, y de organismos, empresas y fundaciones públicas. Así como una reducción del gasto corriente y la anunciada Ley de Estabilidad Presupuestaria, que entrará en el paquete de primeras medidas que apruebe en el Consejo de Ministros.
El discurso con el que pedirá el apoyo de la Cámara es un programa para cuatro años, en el que las decisiones «no gratas» o los sacrificios que esperan a la vuelta de la esquina los planteará dentro de un mensaje de esperanza y de confianza en las posibilidades de España.
Rajoy expondrá las líneas generales de su plan de reformas, con dos prioridades: la reforma laboral y la del sistema financiero, de las que detallará los plazos, y a las que acompañarán otras como la de la Administración General del Estado o la energética. Sus tres primeros meses serán de una intensidad legislativa «brutal» para lanzar un mensaje a Europa y, al mismo tiempo, sentar las bases de la recuperación económica. En paralelo, como hoy explicará, irá dosificando las actuaciones en otros ámbitos como el fiscal. Oficialmente en el equipo económico siguen negando que hayan revisado su planteamiento inicial de no subir los impuestos, ni siquiera el IVA, y dicen que ésa sería una decisión «in extremis» sólo para el caso de que no hubiera realmente otra alternativa, planteamiento del que es un firme defensor Cristóbal Montoro. Aunque las mismas fuentes también precisan que la «mala herencia obliga a que todo esté abierto». En cualquier caso, Rajoy no anunciará hoy ninguna subida de impuestos y mantendrá su compromiso con las rebajas fiscales para pymes y autónomos fijadas en su programa.
Como ya hizo en la investidura de Rodríguez Zapatero, pero hoy ya como futuro presidente del Gobierno y no como jefe de la oposición, recuperará la oferta de pacto de Estado que hizo al PSOE en las grandes cuestiones nacionales, dentro de una invocación global al consenso y al acuerdo con todos para afrontar los difíciles retos que España tiene por delante. Hoy veremos a un Rajoy conciliador, al hombre de Estado que apela al esfuerzo de todos para asumir difíciles decisiones por el bien de España. Para ello ratificará su promesa electoral de que será un presidente del Gobierno para todos los españoles.
LOS CAMBIOS
1.- Racionalizar el gasto
Su plan de recorte prevé un ajuste administrativo que implique la supresión de altos cargos, ministerios y fundaciones públicas.
2.- Los impuestos no suben
Rajoy no anunciará ninguna subida de impuestos y mantendrá su compromiso con las rebajas fiscales para pymes y autónomos.
3.- Reforma laboral
Entre sus prioridades incluye la reforma laboral, la del sistema financiero y la de la Administración General del Estado.
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