«Candide» a carcajadas

Nada de tragedias en esta edición del Festival de El Escorial: de un lado un «Barbero de Sevilla» divertidamente disparatado y de otro la opereta o musical cómico «Candide» de Berstein sobre un texto de Hugh Wheeler basado en la peculiar obra homónima de Voltaire. Bernstein, que ya tenía en su haber «West side story», no tuvo suerte en sus inicios con la nueva obra, que tardó casi desde 1956 hasta 2005 en gozar de real popularidad. Ésta está llena de comicidad y de algunos números con clase, entre los que sin duda se encuentra la obertura, si bien no reúne homogeneidad a lo largo de toda su duración y, de alguna forma, siempre se está esperando en vano que suene «There's a place for us». Es curioso el paralelismo entre el argumento viajero de la sátira de Voltaire y nuestra zarzuela «Los sobrinos del capitán Grant», uno de los hits del teatro de la calle Jovellanos que también lleva la firma de Paco Mir. Si en la obra de Fernández Caballero es impresionante el despliegue de medios, en la de Bernstein recurre a una gran simplicidad escénica, con la orquesta en el escenario y la acción delante de ella, que maneja con inteligencia para crear momentos de auténtica hilaridad. La escena en Buenos Aires, con una actuación magistral de Juanma Cifuentes, es una gansada que no tiene desperdicio.

Funcionan muy bien los jóvenes conjuntos de la Comunidad de Madrid al mando de Manuel Coves, así como un reparto en el que no hay sombras ni en lo vocal ni en lo escénico, encabezado por Antonio Gandía, que resuelve bien las exigencias demasiado centrales para un tenor, y María Rey-Joly. Todos se lo pasan bien en su trabajo y transmiten su entusiasmo al público, que sale encantado de un espectáculo que le devuelve la sonrisa perdida en los últimos tiempos.