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Felipe Luis: «Mi padre me obligó a dejar el fútbol sala»
Aparece escondido debajo de una capucha, sin llamar la atención. Es discreto, tímido y posa para las fotos sin preocuparse por que se vea bien la marca de su ropa. «Sólo tengo contrato para las botas», dice.
A Filipe Luis (Jaguará do Sul, 1985) sólo le preocupa su instrumento de trabajo. Fuera del campo, le gusta el cine. «Me lo compro, no me lo bajo», dice.
–¿Pesa mucho esa racha de casi doce años sin ganar al Madrid?
–No lo hablamos, pero se siente en el ambiente que hace mucho que no ganas, se comenta por ahí y nosotros lo que queremos es cambiar esa racha cuanto antes.
–Los tres partidos que han disputado contra el Real Madrid esta temporada ¿les sirven de algo?
–Conocemos muy bien al Madrid, es un equipo muy fuerte que a la mínima ocasión que tiene suele sorprender y nosotros tenemos que hacer un partido muy completo porque por muy mal que jueguen siempre tienen alguna ocasión.
–Usted jugó un año en el Castilla. ¿Qué aprendió allí?
–El Madrid fue el club que me abrió las puertas de España, que me abrió las puertas de la Liga, jugué en Segunda División, que es una buena adaptación, y aprendí a defender, a posicionarme, cómo funciona la Liga española. Fue un buen aprendizaje.
–¿Más que en el Ajax?
–Es que en el Ajax casi no jugué. He aprendido muchísimo, fue mi primer año en Europa, en un país del que no conocía el idioma ni cómo se comía ni cómo se comporta la gente. Fue muy buena adaptación para mí.
–Cuando no jugó en la Supercopa, ¿pensó que iba a ser una temporada complicada?
–Yo quería jugar. Era una final, era mi primera final, pero sabía de lo que venía. Sabía que había entrenado poco, había estado tocado. Lo que quería era ganar, tener un título en mi carrera. Yo no he jugado, pero lo hemos ganado.
–¿Cómo se hizo futbolista?
–Desde que recuerdo he jugado al fútbol. De pequeño jugaba al fútbol sala y la decisión más importante fue dejarlo y pasar al fútbol grande. Yo no quería ir, pero mi padre me obligó porque sabía que se ve mucho más el fútbol grande y al final fue una elección perfecta. Salí a una buena edad, con 14 años empecé a jugar y me fue muy bien.
–Dicen de usted que no es un brasileño normal.
–Aprendí de la vida que si quieres las cosas tienes que trabajar, tienes que sufrir y hace mucho tiempo que me cuido, trabajo, trato de estar siempre bien física y psicológicamente. Intento hacer todo para estar al cien por cien.
–¿Cómo trabaja el aspecto psicológico?
–Cuando estaba en el Dépor iba al psicólogo. Sigo hablando con él. Es importante que uno esté bien en ese sentido también.
–¿Deberían tener un psicólogo todos los equipos?
–Los entrenadores son psicólogos de los futbolistas, el míster siempre está hablando con nosotros, nos da muchos ánimos para que estemos siempre a tope. Lo psicológico es muy importante. Mi relación con el entrenador es muy buena, cada cosa que quiere corregirme me llama y me lo dice. Es la relación perfecta entre entrenador y jugador.
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