China
El clima: entre Bali y Durban por Ramón TAMAMES
Las tres conferencias más importantes de las Naciones Unidas sobre el cambio climático tuvieron su arranque en la de Bali-2007, cuando se trazó una «hoja de ruta»; recibida con entusiasmo, por la incorporación de EE UU al proyecto de descarbonizar la atmósfera, con indicios muy interesantes por parte de China. Alegría que duró poco, pues en el ulterior encuentro, Copenhague-2009, las expectativas se vieron truncadas; al descartarse por el G-2 (China-USA) el Protocolo de Kioto como la senda a proseguir.
La tercera reunión, Cancún-2010 acabó mal, por la crisis económica global, que impidió materializar las ayudas prometidas a los países en vías de desarrollo. Y el Obama fulgurante de Copenhague cambió su anterior aura ambientalista, a causa de un nuevo Congreso hostil, con más republicanos, que puso fin a tantas ilusiones ecológicas en EE UU.
Ahora, de cara a la nueva conferencia del clima, a celebrar en Durban, Sudáfrica, desde mañana, las previsiones son todo menos gloriosas. Empezando por el último informe del IPCC, en el que se certifica que el aumento en curso de la temperatura del planeta, se debe casi en un cien por cien a la actividad humana. Con la mala noticia adicional de que aumentará la fuerza de las tormentas, se intensificarán las sequías, y la temperatura media global podría subir hasta en cinco grados a finales de siglo. Por lo que, según el IPCC, sólo disponemos de un lustro para no sobrepasar dos grados centígrados los niveles de la era pre-industrial. Cruzada esa línea roja, se provocarían los más dramáticos daños en la biosfera.
En esas estamos, y previsiblemente, las miasmas de la crisis económica global sobrevolarán Durban, minorando cualquier expectativa de mejora del problema principal que tiene la humanidad; y que tantas veces se ignora por la necedad y el cortoplacismo.
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