Schäfer honor a su fama

Es la tercera vez que participa en el ciclo de lied de Caja Madrid y la Zarzuela –lo hizo en 2003 y 2007- pero llega ahora en la plenitud de la fama. Hay artistas que hacen justicia a su nombre y otros que menos. Christine Schäfer realmente merece el puesto que tiene en el mundo vocal. El instrumento, que no posee una calidad excepcional, se ha agrandado y la proyección supera la potencia en sí, pero lo más importante en ella es la combinación de factores que la convierten en auténtica artista: una sólida técnica, una notable dosificación del sonido y un admirable «decir», seductor en su capacidad de comunicación.

Desgranó un programa inteligentemente preparado, para todos los gustos, que compensaba la intelectualidad de los lieder de «Der siebente Ring» de Webern o de los «Sieben frühe lieder» de Berg –lo mejor de la velada– con otras piezas mucho más populares que llegaban hasta el «Ave Maria» schubertiano.

Recital que sabe a poco
Preciosa el aria de concierto de Mozart «Misera, dove son!», cuyo texto de Metastasio ha atraído a tantos compositores y buena la serie de Schubert, si bien cabría aquí la matización y así, por ejemplo, el maravilloso «Auflösung» no alcanzó la profundidad de su maestro Fischer Dieskau o, por citar una cuerda femenina, de Brigitte Fassbaender. El «Geh unter, Welt», repetido tres veces precisa quizá una voz de mayores claroscuros. En cualquier caso uno de esos recitales que, siendo amplios, saben a poco.