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Ricos y nutritivos pero con contraindicaciones por José Antonio VERA

Ricos y nutritivos, pero con contraindicaciones, por José Antonio VERA
Ricos y nutritivos, pero con contraindicaciones, por José Antonio VERAlarazon

Tomar helados en verano es algo de lo más agradable, pero últimamente han salido también detractores de los helados, como detractores hay ya de casi todo lo que se come o consume. ¿Por qué? En principio, uno no acaba de entender que un rico y cremoso helado de pistacho o de café pueda ser perjudicial para la salud, pero hay quienes si ven problemas, y recuerdan que son portadores de grasas saturadas no aconsejables en exceso, amén de poder provocar, eventualmente, cortes de digestión, irritar la garganta y producir hasta dolores de cabeza. Eso siempre y cuando se trate de un helado bien hecho y bien envasado, algo habitual en los países desarrollados como España, pues de lo contrario incluso hay riesgos de que puedan ser portadores de enfermedades infecciosas, lo que no es infrecuente en los países subdesarrollados con deficiente control alimentario o sanitario.

Los helados son buenos en general, ricos al paladar y nutritivos para el organismo. Básicamente contienen proteínas y calcio, y constituyen una manera agradable de tomar vitamina B2, aminoácidos lácteos, glúcidos, minerales, magnesio y fósforo. No engordan si no se abusa de ellos. Comparado con alimentos equivalentes –batidos y postres– se comprueba que su contenido calórico mantiene un nivel medio, no aportando más calorías que otros. Ahora bien, el helado es un lípido-glúcido (contiene tanto grasas como azúcares) y si se abusa de él engorda. Un dato importante a tener en cuenta por los diabéticos: su índice glucémico es alto, igual que su contenido en grasa y azúcares simples, dado que aparte de la composición base en leche, agua y frutas, son ricos en nata, mantequilla, azúcar, chocolates, galletas, bizcochos, coco y palma hidrogenados, etcétera.

Comer un helado puede provocar a veces dolor de cabeza, cierto. La explicación es que en determinadas personas sensibles al frío la estimulación de un ganglio que tenemos en la parte posterior del paladar causa una reacción muy similar a la de una jaqueca, aunque muy limitada y sin repercusiones posteriores. Los expertos dicen que es algo bastante frecuente, sobre todo en verano. Segundos después de meterse en la boca una parte importante del helado que se acaba de comprar, se siente un dolor lacerante en la frente, que a veces se desplaza a la zona frontal de la cabeza y detrás de los ojos. El dolor sube de intensidad durante un minuto y luego, poco a poco, va desapareciendo. Es raro que las molestias duren más de dos o tres minutos.

Aunque sea una anécdota, y el dolor de cabeza que un helado produce nunca llegue a ser un verdadero problema de salud, un artículo publicado en el «British Medical Journal» explica los posibles motivos por los que los helados a veces son molestos. Joseph Hulihan, un neurólogo de la Universidad de Temple, en Filadelfia, EEUU, cree que en personas sensibles al frío, una bola de helado, cuando entra en contacto con la zona posterior del paladar, puede generar impulsos neurológicos que causan el dolor. Por eso conviene meterse en la boca cantidades discretas del helado, y no dejar que el frío entre en contacto con la parte posterior del paladar. Así se evitará que el ganglio esfenopalatino, que se encuentra cerca de esa zona, se irrite debido al cambio de temperatura y mande impulsos de dolor.

Otra cuestión interesante es la referida a la caries. Aunque el azúcar de la leche presente en los helados es el que menos caries genera. Por supuesto que produce, aunque no tanto como otros. Además, la salivación a que da lugar la ingesta de helado actúa como factor protector merced a su acción de drenado y disminución de la acidez. Por tanto, podemos comer helados sin problema, aunque con cuidado, siempre con precaución, rechazando los que no estén correctamente envasados, los que no incluyan su composición o aquellos que carezcan de fecha de caducidad. Y un muy feliz agosto para todos, con helados o sin ellos. Como cada año por estas fechas, A Tu Salud cierra durante un mes y volverá la primera semana del próximo septiembre. Con los mejores deseos para estas vacaciones.