Ginebra
Entra en vigor la prohibición del uso de bombas de racimo
Los principales productores no han firmado el tratado
Entidades humanitarias y organizaciones no gubernamentales celebraron la entrada en vigor ayer de la Convención que prohíbe la producción y el uso de bombas de racimo y esperan que se adhieran al acuerdo aquellos países que aún no lo han hecho y que son los principales productores. La Convención, que prohíbe el uso, desarrollo, fabricación, adquisición y almacenamiento de las bombas de racimo y mejora la asistencia a las víctimas, fue firmada en Oslo en diciembre del 2008, y para su entrada en vigor era precisa la ratificación de un mínimo de 30 países firmantes.
«Es un día de celebración, es la concreción de un sueño que parecía imposible y que ha hecho realidad la voluntad de la sociedad civil con la ayuda de algunos Estados», señaló Thomas Nash, de la Coalición Contra las Bombas de Racimo, entidad que agrupa a más de 300 ONG.
Alrededor de un centenar de países firmaron el tratado internacional y, hasta la fecha, 37 de ellos lo han ratificado, pero los principales productores (Estados Unidos, Rusia y China) no lo han firmado. Consultado sobre la fuerza y la utilidad de una Convención que no incluye a los principales productores ni tampoco a países con conflictos armados vivos o latentes, como India, Pakistán o Israel, Nash contestó que lo importante es el precedente y la fuerza «estigmatizadora» del mismo, y se mostró convencido de que tarde o temprano se unirán al mismo.
Las bombas de racimo contienen en su interior cientos e incluso miles de mini-bombas que pueden matar en un radio de 15 metros, y se mantienen activas durante más de 40 años, por lo que son altamente peligrosas para la población civil. «Uno de los principales argumentos para su prohibición es el hecho de que ya no son útiles para los objetivos militares buscados. Son una reliquia de la Guerra Fría», explicó, por su parte, Peter Herby, Jefe de la unidad de Armas del Comité Internacional de la Cruz Roja.
La jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, mostró su satisfacción por la entrada en vigor del texto, pero recordó que «es necesario continuar los esfuerzos para incrementar el número de ratificaciones». En el mismo sentido, se expresó Benedicto XVI. «Con la entrada en vigor de la nueva Convención, a cuya adhesión exhorto a todos los Estados, la comunidad internacional ha demostrado sabiduría, amplitud de miras y capacidad de perseguir un resultado significativo en el terreno del desarme y del derecho humanitario», afirmó el Papa.
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