Obesidad
La sed alerta del comienzo de la deshidratación
Durante los meses de verano se produce una mayor pérdida de agua y electrolitos, debido a las altas temperaturas, la humedad, la alta exposición al sol y al aumento de actividades físicas.Una disminución en el equilibrio hídrico puede reducir la capacidad física y el rendimiento mental. Según Jesús Román Martínez, secretario general del Instituto de Investigación Agua y Salud, «cuando se manifiesta la sed, nuestro organismo ya se encuentra parcialmente deshidratado». Debido a que el sistema que regula la sed no es tan eficaz, es necesario beber agua durante el día para evitar la deshidratación, recuperando el déficit hídrico que sufre el organismo. Por tanto, para prevenir la deshidratación, la clave se encuentra en no esperar a tener sed para beber. A petición de la Comisión Europea, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (EFSA) reunió a 21 expertos en salud y nutrición para elaborar un informe científico sobre este tema. Entre las recomendaciones se encuentra que, en condiciones de temperatura y actividad física moderadas, los adolescentes, a partir de 14 años, los adultos y los ancianos deben beber entre dos y dos y medio litros de agua. Por ello, el fundamento de una adecuada hidratación radica en el consumo de agua. Como indican desde la EFSA, la ingesta de agua ayuda a mantener el cuerpo fresco disipando el calor a través de la transpiración, asegurando que la temperatura normal del cuerpo se mantiene.
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