Presidencia del Gobierno
Dar mucho recibir poco por Enrique Miguel RODRÍGUEZ
Este título podría ser el lema de infinitas campañas, desde el de una ONG, al día del orgullo gay. A mí me suena al meollo de la campaña soberanista, perdón, independentista del honorable Señor Mas y del partido que lo sustenta, porque al final los diez mandamientos de los agravios que recibe Cataluña, según el evangelio de Ciu y demás fuerzas nacionalistas, se resumen en uno: dan más a España de lo que reciben. Haciendo mío el lema, también voy a pedir mi independencia personal, al menos fiscalmente, porque soy de los que doy mucho y no recibo nada. A mis 66 años, afortunadamente sigo trabajando. Como soy autónomo, dos veces al año tengo que presentar a las empresas a las que facturo el certificado de no tener ninguna deuda con hacienda. Mis ingresos obligadamente son más blancos que la leche de Pascual –elijo la marca por ser buenos anunciantes del grupo–: 46 años cotizando, según información enviada por el Ministerio de Trabajo, varios de ellos en pluriactividad. En el transcurso de tan prolongado tiempo no he tenido ninguna baja, no he recibido ni una aspirina de la Seguridad Social, no he tenido ninguna prestación, ni ayuda del Estado. Solamente trabajar y pagar. En mi misma afortunada situación habrá millones de españoles. Hasta que me han abierto los ojos los nacionalistas catalanes, no me importaba que se dedicaran muchos millones al deporte, que no practico y además me aburre soberanamente; a autopistas y carreteras, que no uso; a cárceles en las que no ingreso; a montar espectáculos carísimos en los teatros Real y Liceo, a los que no voy; a subvencionar películas que no me interesan; y así hasta mil actividades a donde se marcha mi dinero, sin beneficio alguno. Comprenderán que piense en adoptar la tesis independentista del «quiero que me den». El problema es por dónde. En el caso del señor Mas estoy seguro de que muchos me darían encantados la repuesta.
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