Bankia

Exigencias «leoninas» para dirigirlas futuras fusiones y afán político

Hace sólo apenas un par de meses, el Banco de España estaba convencido de que España no iba a imponer unas exigencias por encima de las que marcara Basilea 3. Incluso hablaba de que acelerar su implantación era innecesario. El calendario de entrada en vigor permitía a bancos y cajas su adaptación al nuevo entorno regulatorio sin sobresaltos para sus cuentas de resultados.

La Razón
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¿Qué ha cambiado desde entonces? Si tenemos en cuenta que la referencia data de comienzos del mes de noviembre, la principal novedad que se ha producido ha sido el rescate de Irlanda, que no pudo aguantar la segunda oleada de ataques contra su deuda soberana.

Pero era algo que estaba cantado para los mercados, conocedores de que el rescate bancario acabaría arrastrando al país en su conjunto. Sólo era cuestión de esperar. Por eso no se entiende que ahora, de la noche a la mañana, haya que alcanzar un 8% de capital básico antes de que acabe septiembre y mucho menos que para aquellas entidades que no coticen, tengan pocos inversores privados y dependan en exceso de la financiación de los mercados (¿por qué no dijo la palabra «caja» la ministra el lunes?) el listón sea del 8,5%, el 9% o el que el Banco de España o Economía quieran fijar.

En algunas cajas ven en esta presunta arbitrariedad un trasfondo político y un afán: dejar en evidencia cuanto antes a algunas entidades de comunidades gobernadas por el PP y algún otro enemigo político.

No hay que olvidar que en pocos meses hay elecciones autonómicas. La caja gallega o la gran caja castellanoleonesa pueden tener serias dificultades para alcanzar las ratios exigidas. Unnim y CataluñaCaixa tampoco están para superar muchos listones. De hecho, fuentes del mercado aseguraron anoche que Unnim plantea la creación de un banco para captar capital privado si el Gobierno exige a las cajas mucho más del 8% de «core capital».

En el sector hay preocupación por unas exigencias muy fuertes, adelantando en tres años las que imponga Basilea 3, por un espacio de tiempo muy limitado, máxime cuando van a tener que ser muchas las entidades que acudan en el mismo periodo a los mercados en busca de dinero. ¿A qué precio van a tener que pagarlo si quieren evitar tener en el accionariado al FROB? En cambio, para los bancos es distinto.

El hecho de cotizar en bolsa les proporciona una especie de escudo protector. Por eso desde la AEB el mensaje es distinto. No se cuestiona el porcentaje, que se ve «perfectamente asumible por el sector».