Salud

Los farmacéuticos critican la falta de información sobre la píldora postcoital

La libre dispensación de la píldora del día después ha venido acompañada de un «boom» que el pasado año se tradujo en un millón de unidades vendidas en nuestro país. Desde finales de septiembre de 2009 es posible adquirirla sin necesidad de receta en cualquier farmacia.

El pasado año se dispensaron un millón de píldoras del día después en nuestro país
El pasado año se dispensaron un millón de píldoras del día después en nuestro paíslarazon

Este hecho no es visto con buenos ojos por parte de muchos farmacéuticos, que consideran que sería más adecuado que estas personas pasasen primero por un médico que valorase su situación en profundidad.

Eso es al menos lo que defienden desde la Asociación Española de Farmacéuticos Católicos, cuyo primer congreso se celebró el pasado fin de semana en Madrid. En declaraciones a LA RAZÓN, su presidenta, Esther Fonseca, afirma que el farmacéutico carece de información suficiente sobre la situación de la paciente que solicita el tratamiento postcoital, por lo que no puede dispensar la píldora del día después en condiciones de seguridad.

«El hecho de que se trate de una píldora que se dispensa sin receta significa que ningún médico ha evaluado la situación de esa paciente, lo que sitúa al farmacéutico en una coyuntura difícil», señala. Asimismo, Fonseca cree que esto puede derivar en que se tome el tratamiento de «manera reiterada», con los consiguientes efectos adversos que tiene la pastilla postcoital sobre la salud. «Puede causar contraindicaciones con otros fármacos y en muchas ocasiones se dispensa a jóvenes menores de 16 años», apunta Fonseca, que señala que «no existen datos científicos que avalen la seguridad del medicamento en esta franja de edad».

Más educación sexual

A su juicio, la forma más efectiva de luchar contra la propagación de las enfermedades de transmisión sexual es «una educación sexual basada en el fomento de las relaciones estables y la huida de la promiscuidad», ya que la distribución masiva de anticonceptivos «no conduce a la responsabilidad, sino a todo lo contrario».

Para la presidenta de la asociación, el farmacéutico es un profesional que, ante todo, debe velar por la salud de las personas. Es por este motivo que «no puede dispensar nada que piense que puede perjudicar la vida de una persona». Fonseca pone como ejemplo cómo no puede dar un medicamento a una persona que tenga alergia al mismo. «¿Por qué un farmacéutico debe dispensar la píldora del día después libremente si no cuenta con información suficiente sobre la situación de la paciente?», se cuestiona la farmacéutica.