Barcelona
Cataluña desafía al Gobierno con sus presupuestos
El tira y afloja que mantienen la Generalitat y el Gobierno a propósito del déficit catalán encara su recta final. El consejero de Economía, Andreu Mas–Culell hizo efectivas sus amenazas y ayer presentó unos Presupuestos con un déficit de 5.408 millones, el 2,66% del PIB, el doble de lo que exige el Gobierno (1,3%).
Mas–Culell definió las cuentas públicas como un «presupuesto sin márgenes» y explicó que el ejecutivo catalán «cumple con el compromiso de déficit, dado que el Gobierno nos pedía una reducción del 1,1% y nos vamos al 1,3%». La diferencia de criterios entre administraciones se debe, entre otras razones a que la Generalitat exige el pago del fondo de competitividad, valorado en 1.400 millones, que se hizo efectivo durante los años del tripartito y que, sin embargo, con el cambio de color, el Gobierno ha postergado hasta 2012. «Hasta las doce de la noche del 31 de diciembre reclamaremos el anticipo que nos corresponde. Y el 1 de enero de 2012, los dos», dijo Mas–Culell. El fondo de competitividad permitiría a la Generalitat acercarse al déficit exigido por el Gobierno.
En cualquier caso, el proyecto de ley de los presupuestos recoge un amplio recorte del gasto del 10%. Aun así, se han suavizado los recortes en las áreas sociales, en las que oscilan entre el 6 y el 10%. La cuarta partida presupuestaria va destinada a pagar los intereses de la deuda (1.482 millones). Mas–Colell destacó que las cuentas se caracterizan por «la austeridad, la credibilidad, la prioridad por el gasto social y la corresponsabilidad», en alusión a que el nivel de déficit final dependerá de la «lealtad instituciona» del Ejecutivo. El recorte de gastos no financieros será de 2.680 millones sobre los liquidados en el 2010, hasta situarlos en 24.112 millones. Este es «el compromiso clave» de este presupuesto, dijo. Así las cosas, la Generalitat incumplirá el déficit por segundo año consecutivo. Por lo que el consejero afirmó que «no pediremos perdón» porque «no tenemos nada que ver con el hecho de que los objetivos de déficit de 2010 y 2011 no cumplan los límites previstos», en alusión a la gestión del tripartito. Por contra, Mas–Colell reivindicó que «somos serios» y realizamos un «serio ajuste», pero «lo que no se nos puede pedir es que logremos un objetivo en un año cuando se ha incumplido» reiteradamente.
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