Valencia
Rajoy intenta aún pacificar al PP de Asturias con la llegada de Cascos
«En Asturias algo se ha hecho mal». Y así tiene que ser si se considera que antes del verano en la dirección nacional del PP no había habido ningún debate interno sobre la candidatura de Francisco Álvarez Cascos, más bien al contrario, había un acuerdo, con sus matices, sobre que el ex ministro era la mejor opción.
Otra cosa es que sin tensar la cuerda, ni entre todos los miembros del Comité de Dirección ni en eso que se conoce como el «marianismo» se veía con el mismo entusiasmo que Cascos fuera, según las encuestas manejadas, el mejor situado para recuperar el Gobierno del Principado.
No a todos cae bien, incluso en Rajoy despierta sus recelos la posibilidad de tenerle sentado en una Ejecutiva, pero nadie dudaba de que era el rival más poderoso para enfrentarse al PSOE.
Pero el PP asturiano pasó del blanco al negro y la cosa se torció, quizás por ese dejar y ese ya se verá que mostraron todas las partes implicadas. Hoy en Génova reconocen que es «difícil», «no imposible» y por eso se sigue trabajando en ello, que cuaje su candidatura una vez que la crisis en el PP regional ha estallado como lo ha hecho. El líder popular no puede imponer un candidato a la organización asturiana, explican en Madrid, y «cerrar las heridas abiertas y conseguir el consenso se presenta harto complicado».
Aun así, parece que Rajoy, a su manera, todavía está intentando pacificar al PP asturiano alrededor del nombre de Cascos. Fuentes de su entorno confirman que el presidente popular ya conoce de primera mano los deseos del ex ministro de regresar a la política y dar la batalla para conseguir la victoria en su tierra, una cuestión sobre la que se ha especulado mucho dentro del mutismo con el que Génova ha rodeado esta cuestión: dicen que ese silencio es necesario porque el PP de Asturias es una bomba de relojería en el que «cualquier paso en falso te lleva al precipicio». En este escenario, Madrid está mediando, con mano izquierda, para devolver las aguas a su sitio y recuperar la paz interna.
La candidatura asturiana no es un tema menor en un escenario electoral en el que el PP irá a por todas en las autonómicas y municipales ya que considera que pueden ser el penúltimo escalón para llegar a La Moncloa. Rajoy, de hecho, está consultando a algunos de sus dirigentes de máxima confianza en Madrid y a nivel territorial sobre el futuro de Asturias y de Cascos. Mucho menos entusiasmo provoca la incógnita en la candidatura de Navarra y Valencia, que sigue en «stand by».
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