Sevilla
La resaca
La resaca de un día que nos empobrece un poquito más se resiste porque viene acompañada de uno de los grandes activos con que cuentan las tierras andaluzas: el sol, la luz, capaz de curar las más tremendas depresiones. Hay cosas agradables para contar, por ejemplo que ayer cantó Panseco en la Bienal –que siempre es un lujo oírlo–; que mañana cantará la copla como pocas los saben hacer María Vidal en el Teatro Quintero, ese local que es una especie de bombonera y que está en el centro de Sevilla; que las calles y los bares de la ciudad están llenos de gente joven, que viene a ver a U2 en el Olímpico. Más grupos, más espectáculos que muevan grandes masas se necesitan al cabo del año. Éste es uno de los activos turísticos en una ciudad que, como algunos malévolos dicen, es un parque temático. Al final, en tiempos de crisis, todo lo que deje dinero y un poquito de alegría es muy de agradecer, porque dinero hay, pero está cantando la copla de la Jurado, «miedo tengo miedo». Hay una noticia que tiene muchas lecturas: un juez ha decretado una fianza de un millón de euros para los periodistas que llamaron cocainómano a Jaime de Marichalar en una portada. Estoy convencido de que estos profesionales tendrán pruebas de lo que dijeron o bien demostraran que sólo citaban otras fuentes. En todo caso el juez, que ha puesto la más alta fianza en un caso de este tipo, será quien tenga que decidir. Creo que hay personas, la mayoría «frikis», que se atreven a contar verdaderas infamias de personajes, muchas veces inventadas y otras, que aunque fuese cierto lo que cuentan, vulneran el derecho a la intimidad. Si no saliese tan barato cuando estos profesionales de la calumnia pierden un juicio, seguro que se lo pensarían dos veces antes de inventar noticias.
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