Que vienen los nuestros por Iñaki Zaragüeta

No le dan respiro. El recuerdo de Martín Villa con su ¡cuerpo a tierra que vienen los nuestros! debe invadir la mente del presidente de la Generalitat. No ha transcurrido una semana del «no» de la ministra de Fomento al Corredor del Mediterráneo en Bruselas, cuando se encuentra con el nombramiento por el Gobierno de un presidente para la Confederación Hidrográfica del Ebro que impedirá cualquier amago de resucitar el trasvase del Ebro, ambición incluida en el decálogo de prioridades de Fabra.

Para mayor escarnio, el Consell no sólo se ve obligado a «hacer de tripas corazón» y defender la increíble decisión de la ministra, sino que ha tenido que envainarse el nombre de José María Benlliure para la Confederación del Júcar «porque es un defensor empedernido del trasvase». Sin embargo, en Aragón no han puesto obstáculo a un talibán confeso contra esa infraestructura. El tal Xavier de Pedro no tendrá que enfrentarse al técnico que más sabe y mejor defiende ese proyecto. Y no trato de infravalorar a María Ángeles Ureña, a la que felicito por el cargo. Así es la vida.