La Sanidad está en ruinas por Sergio ALONSO

No hay un euro. En tres autonomías, las consejerías han dejado de pagar ya a las farmacias por las medicinas que dispensan a los pacientes; en toda España, laboratorios y proveedores cobran por sus productos con un retraso que ronda los 300 días, aunque hay feudos en los que la demora casi alcanza los 700 días; en Cataluña, el estado de las cuentas heredado del tripartito era tal, que el Gobierno de CiU se está viendo obligado a aplicar un tijeretazo sin precedentes: este verano, alrededor de 40 centros de salud echarán el cierre, lo que forzará a muchos enfermos a desplazarse 25 kilómetros para recibir asistencia. Pero la cosa no acaba ahí. Hospitales de toda España están empezando a pedir a los acompañantes de los pacientes ingresados que compren pomadas y otras medicinas en la calle para poder tratarles.

Los médicos, las enfermeras y los auxiliares han sufrido asimismo un recorte bestial en su salario, que acaba de revelarse con total crudeza en la paga extra de este verano, mientras los gerentes y las consejerías aprovechan agosto para forzar recortes drásticos de plantillas que tendrán continuidad allá por el mes de septiembre. La situación está tan mal, que varios consejeros sondean a varios bancos para pagar con créditos las nóminas de sus trabajadores sanitarios, con el problema en ciernes de que se les acaba la capacidad para endeudarse más. ¿Qué hace el Gobierno para arreglar este desmadre en el que ha metido a la Sanidad? Poco o más bien nada. Pajín se ha descolgado con el anuncio de un plan para prescribir por principio activo que ya ha dejado de dar frutos en Andalucía, la comunidad en la que se experimentó, y con una modificación del mismo sistema de precios de los fármacos que aprobó hace escasos meses a bombo y platillo. Una chapuza, vaya.