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«Morarte» reversiona al Minotauro
El documental fusiona a toro y torero en el ruedo a través del sevillano
Hombre y toro. Animal y persona. Dos puntos equidistantes condenados a entenderse, a encontrarse hasta fundirse en uno sólo. Fusión de la que nace el legendario Minotauro, icono de la fortaleza del hombre para erigirse como dominador de las bestias. Una fusión sempiterna a lo largo de la Historia y que el director Ander Duque revive minuciosamente a través del documental «Morarte. Historia de un encuentro», con el diestro sevillano como protagonista de esa simbiosis taurina.
La producción, de 50 minutos de duración y cuyo último pase tendrá lugar en el Cine Capitol el próximo día 22, arranca en el campo. En ese vivero de bravura en el que durante cuatro años se gesta y cincela a cuerpo de rey la casta que luego el animal deberá lucir en ese escenario llamado plaza de toros. Las cámaras viajaron a la finca de la ganadería Núñez del Cuvillo para inmortalizar la puesta a punto de un toro y su crianza hasta ser embarcado para ser lidiado en La Maestranza.
Una preparación que la otra cara de la moneda, el torero, también lleva a cabo atrincherado en la tranquilidad de las dehesas. Su alma y, sobre todo, su mente maceran en la plaza de tientas soñando las faenas que luego pondrá en práctica sobre el albero. El equipo de producción se encerró durante tres días en la finca de Morante de la Puebla para captar esa vida monacal del matador de toros. «Después de muchas llamadas, José Antonio accedió a abrirnos las puertas de su casa, pero sólo nos puso una condición: podíamos grabar cuanto quisiéramos, pero no quería ninguna entrevista», explicó el director del documental durante su puesta de largo en la Academia del Cine de Madrid.
«Grabamos el día a día de Morante, su vida desde que se levanta hasta que se acuesta, captamos ese manera de asumir y mentalizarse para vencer al miedo, su personalidad singular, que da para cientos de documentales dentro y fuera de un coso. Lo mejor de todo el trabajo llegó al final, la última tarde, ya cayendo la noche Morante se acercó y se abrió a nosotros, nos explicó el significado que tiene el toro en su vida, lo que siente y ama por el toreo», recuerda orgulloso Duque.
Y en esa doble vereda para toro y torero hasta fundirse en el ruedo discurre el hilo argumental del documental, que sigue la estela abierta por «The Matador» o «Arena». En este caso, caminos perpendiculares que se cortan en el clímax: la faena del matador de toros. Entre medias, el bailarín José Galán enlaza ambos mundos y da paso a uno y otro desde su versión del Minotauro.
Tras su éxito en Sevilla y Madrid, ejes del toreo, próximamente será proyectado en Buenos Aires. «No es fácil retratar un espectáculo tan mágico», explica Duque, escoltado por Curro Vázquez, apoderado de Morante. «Si de aquí logramos que salga un acercamiento y un futuro aficionado, ése sería nuestro mayor éxito», concluye. Sin duda, la presencia de un genio único como Morante es su mejor aval. Luces, cámara y acción: va por ustedes.
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