Estados Unidos

Lo último en transporte urbano es la «bicicleta qué me dices»

Su inventor la ha bautizado, no sin cierto ojo para el marketing, como la "YikeBike", de la expresión en inglés "yikes"(algo así como "¡cielos!, "¡qué me dices!", ¡cómo!"o el más mexicano "híjole"). Es pequeña, plegable, barata, silenciosa, cómoda... y aparentemente un poco absurda. Pero dicen que funciona y que ya está lista para ser comercializada.

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Hasta ahora, el título de vehículo de transporte más pintoresco lo ostentaba ese "cacharro"llamado "Segway", una especie de pedestal con ruedas destinado a ejecutivos de ciudad con prisas, y al que se encarama algún que otro turista osado con cara de caerse en cualquier momento, para adelante o para atrás, por culpa de un frenazo o de un acelerón traicioneros.A medio camino entre el "Segway" y la bici plegable, y con la voluntad de reinventar el concepto de bicicleta, llega ahora el "YikeBike", con patente neozelandesa y nombre onomatopéyico. Dice su creador, Grant Ryan, que lo más fácil fue bautizar a la extraña criatura, porque "yikes!"(que se podría traducir como ¡Por Dios!, ¿cómo?, ¿qué me dices? o similares) era la expresión de sorpresa más habitual de los viandantes que se cruzaban con ella.Una bici ligera… y caraAdemás de su pegadizo nombre, la Yikebike"presume en su currículum de su poco peso (10 kilos) y sobre todo de su capacidad para plegarse en un espacio de 15x60x60 centímetros, lo suficiente como para meterse en una mochila. Cuenta con un pequeño motor eléctrico de 1.2kW y alcanza los 24 kilómetros por hora.En la letra pequeña del contrato, por el momento, y a la espera de que su comercialización abarate costes y perfeccione el diseño, están su escasa autonomía (10 kilómetros sin recargar la batería, aunque en esto se tarda poco más de 15 minutos a un coste mínimo) y su precio. En Estados Unidos, el primer país donde ha salido a la venta, se puede adquirir por el equivalente a 2.500 euros.Ryan presume de que su invento ha tenido eco ya en los principales medios de comunicación del mundo, desde la CNN hasta la BBC, pasando por las televisiones japonesa, neozelandesa o alemana, por lo que la campaña de promoción ya está hecha. También las pruebas sobre todo tipo de asfaltos baches y obstáculos. E incluso del que podría ser su principal defecto (conducirla no es el colmo de la elegancia precisamente) hace una virtud, ya que ni siquiera en su vídeo promocional los conductores que la ven pasar pueden esconder sus risas. Eso sí, mientras se desesperan en un atasco, maldicen al ladrón que les robó las ruedas de su bicicleta convencional o lamentan dejarse media tarjeta de crédito en la gasolinera.Aunque para concebirla Grant Ryan se inspiró en el Segway, la YikeBike es más barata y más veloz, y tiene todas las garantías ecológicas. Es más limpia que el más limpio de los coches, por supuesto, pero también que una bicicleta convencional a pedales. ¿Por qué? Sus defensores tienen respuestas para todo, y también para esto: sus usuarios se cansan menos, y por tanto necesitan consumir menos alimentos y menos agua, con lo que su impacto sobre el entorno es nulo.