La botella

Contador considera que la botella está medio llena. Quienes han visto la imposibilidad de derrotar a los Schleck en los Pirineos entienden que está medio vacía. Creer en Contador es de obligado cumplimiento. Los Pirineos han demostrado que los luxemburgueses no acaban de creer en sus fuerzas porque en cada tirón le han visto pegado a sus ruedas. Desde el punto de vista clásico, en las cumbres pirenaicas ha faltado lucha; demasiados kilómetros en pelotón. La táctica de los Schleck, Contador y el conservador Evans, quien tampoco se atreve a dar la cara, tiene como resultado el liderato de Voeckler, un francés en quien no se confía, pero al que las estrategias están llevando en volandas en el liderazgo. En circunstancias tan propicias, camino de Plateau de Beille se pavoneó delante de los elegidos. Alguna vez se ha dado el caso de que el ganador del Tour fuera un inesperado. Sucedió en 1956, con el también francés Roger Walkowiak. Para Francia recuperar su propio trono sería la fiesta que llevan años sin celebrar. Ya no ganan ni el 1 de julio, que debería ser obligatorio.
La teoría: Contador asusta a los Schleck; la realidad quizá sea la contraria; de ahí que se vigilen y no den el golpe de mano decisivo. Posdata: ¿hubo control de alcoholemia a quien atropelló a Flecha?