La perla Peregrina de Taylor busca comprador por Jesús MARIÑAS

De ser todopoderosos –él fue jefe de la Casa del Rey– a negarle algo tan merecido como la jubilación; cosas veredes: María Teresa Álvarez se ha metido en un pleito impensable ya que le impiden escoger entre dos pensiones de retiro: la que hace año y pico viene percibiendo como viuda de Sabino Fernández Campo y la sobradamente ganada tras 41 años cotizando como trabajadora de TVE. No lo entiende y está ante una disyuntiva que el día 21 juzgarán los Tribunales. Me lo cuenta con lógica sorpresa, no exenta de indignación. «Me han dicho que son pensiones incompatibles, aunque tienen la misma cantidad de 2.020 euros mensuales. Que tenía que elegir. Resolví quedarme con la profesional por la que he pagado tantos años. Pues me dicen que no, que únicamente podré cobrar como viuda. Y no lo entiendo, aunque comprenda tales incompatibilidades. Me pregunto si este caso se daría si el viudo fuese un hombre. Imagino que sí, pero me parece kafkiano que no te permitan escoger cuando se trata de entidades similares aplicadas a la cotización más alta en ambos casos», explica.
Daría para una novela el caso si ella no siguiese entregada a su trabajo de rememoración histórica. El próximo personaje que revivirá, sobre la que se ha pasado un mes investigando en Roma, es «La gobernadora», apodo con el que designaron en los Países Bajos a la Duquesa de Parma. Ya le han ofrecido presentar su estudio en el Senado romano, si por entonces sigue en pie, que todo está por ver. «He decidido que cada año pasaré un mes en la Ciudad Eterna», explica. Paloma Gómez-Borrero es su lazarillo y rastrea detalles para descubrir cómo era esta Margarita de Parma que quieren recuperar.
Fue un personaje tan singular en aquella Roma de Carlos V como en otra historia lo es la perla Peregrina que Felipe II le regaló a María Tudor, y que entre hoy y el viernes se subasta en la sede londinense de Christie's. Forma parte del lote con casi toda las pertenencias de Elizabeth Taylor, cuya recaudación irá destinada a la lucha contra el sida, al igual que ha hecho en Barcelona el médico Bonaventura Clotet con la fiesta anual promovida por Miguel Bosé y Eugenia Silva. Este año consiguieron medio millón de euros en la gala. Se ha convertido en una cita imprescindible para la Ciudad Condal, donde Felipe II exhibió esta singular perla. La pasearon también por Madrid en las vísperas casamenteras de Cayetana y Alfonso, quien se quedó pasmado ante la excepcionalidad de tal pedrusco descubierto en el año 1500 en el Golfo de Panamá. Fue una joya emblemática en la Corona española y adornó a Margarita de Austria e Isabel de Borbón en retratos de Velázquez. Pepe Botella se la llevó cuando Napoleón invadió España y, a partir de ahí, su paradero fue objeto de especulaciones varias. A pesar de todo, en enero de 1969, Burton la compró para Liz Taylor en Nueva York por 37.000 dólares. Estiman que en esta subasta podría alcanzar un precio de tres millones de euros, una cifra realmente peregrina.