Castilla y León

La imposición de Camacho acaba con la dimisión del líder de Zamora

Se marcha tras denunciar «métodos antidemocráticos» en el PSOE

El candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ayer, en Cádiz
El candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ayer, en Cádizlarazon

MADRID/VALLADOLID.- La imposicón del ministro de Interior, Antonio Camacho, como cabeza de lista por Zamora acabó ayer con la dimisión irrevocable del secretario provincial, Carlos Hernández, quien sembró además dudas sobre el recuento de los votos en las agrupaciones donde se había votado para elegir candidatos a esta provincia. Hernández se marcha tras denunciar «métodos antidemocráticos» y sentirse «desautorizado» por el secretario general de Castilla y León, Óscar López, quien prefirió ayer tender un puente de plata y pasar página de lo ocurrido tras el órdago lanzado por el diputado Jesús Cuadrado al conocer que Camacho iba a sustituirle de número uno por la provincia.
Todo lo que tenía que decir lo expresó a través de una nota de la Ejecutiva regional, en la que se muestra absoluto respeto por la decisión de Hernández y se anuncia la constitución de una gestora como establecen los Estatutos. Pero a la renuncia del secretario provincial podrían sumarse otras. Y es que, según el ya ex secretario provincial, Jesús Cuadrado habría obtenido 181 votos frente a los 143 de Camacho. Esto además de algunas actas en las que no se especificaba el número de asistentes a las asambleas locales, lo que sería motivo para invalidar los resultados. Claro que esta decisión la ha de adoptar la Ejecutiva regional que preside Óscar López, a quien se le atribuye la operación contra Cuadrado con el plácet del vicesecretario general, José Blanco y del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba. Consicente de que la suya es una lucha de David frente a Goliat, el veterano Cuadrado anunció ayer que se retira de la carrera y que no se presentará a las elecciones por ninguna circunscripción.
«Las bases han votado a Camacho y se ha demostrado que Jesús Cuadrado no tenía apoyos. Se ha equivocado en el pulso y por eso, ahora, se tiene que ir». Es la lectura de la dirección federal del PSOE, donde sostienen que hay mucha gente que «los militantes de aquella provincial han recuperado la esperanza después de muchos años y que lo ocurrido ha sido un acto de justicia».