Comunidad de Madrid
Un país de pederastas por Francisco Pérez Abellán
Nosotros no éramos así. ¿Cómo hemos llegado a esto? Un estudio de la fundación Alia 2, presentado por el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, aporta la cifra escalofriante de que en los primeros diez meses de 2010, en Internet, fueron localizados 16.000 pedófilos, lo que convierte a España en el segundo país donde más pornografía infantil se descarga de la red
No hay un perfil acabado del pederasta mediático, aunque varias universidades trabajan en ello, pero se sabe que el grueso del grupo suelen ser personas tímidas, de mediana edad, algunas solteras, o a veces casadas con personas más jóvenes que ellas. Muchos tienen gran poder y sus trabajos se ven amenazados cuando se descubre el escándalo de su secreto.
Para que los lectores puedan visualizar el drama, piensen en imágenes aberrantes, con niños y niñas en posturas obscenas o siendo abusados por adultos en posturas y actitudes que provocan auténtica repulsión. El tráfico de pornografía infantil es uno de los peores delitos que podemos encontrarnos. Las noticias de los periódicos se diría que dudan en condenar estos hechos, como si respetaran la parte última de esta desviación sexual. Pero esto no es una preferencia sexual, sino un delito. La exposición, el intercambio y la descarga de pornografía infantil es una práctica muy perseguida.
La mera tenencia de fotos de niños en actitudes o posturas provocativas, obscenas o claramente de sexo explícito, es punible. Por tanto, sobra esa distinción de los diarios «tiquismiquis»: no se trata de pedófilos o enamorados de los niños a los que gustan mirar y cuidar, sino de pederastas que abusan para obtener placer.
Si se demuestra que estos pederastas forman parte de redes de intercambio, tercería o proxenetismo, pueden ser condenados hasta a diez años de cárcel. Los reparos intelectuales a esta clasificación son importantes: hace poco un diputado del PNV intentó que se despenalizara la tenencia de pornografía infantil para «uso privado». Finalmente retiró la propuesta en el Congreso.
El defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, padre de seis hijos, que sabe cómo criarlos y qué hay que hacer para cuidarlos, propone que se retrase, al menos un año, la autorización a los menores para tener relaciones sexuales consentidas que ahora, en el Código Penal vigente, se produce a los 13 años. Cuidado, pues, que en este debate subterráneo, con el forcejeo de unos y otros y el disfrute malsano de muchos, para «uso privado» nos hemos ido convirtiendo en un país de pederastas. La estadística de Save The Children de hace unos años nos daba a conocer que hay 35.000 españoles que viajan cada año a destinos de turismo sexual con menores. Son esos mismos que hacen tráfico de porno por internet. Y lo mismo te cuelgan un bebé empalado que una menor teniendo sexo con dos adultos. Son delitos que cometen en la soledad de su habitación en la apacible tranquilidad de la casa a oscuras. Sin embargo, esta caterva de delincuentes de cuello blanco, entre los que hay muchas personas que pasan por ser honorables, deben saber que su delito de descarga es público, y no privado, que es fácilmente rastreable porque deja una marca imborrable.
Así que prepárense para ser esposados porque si son detectados por la ciberpolicía, como esos 16.000 entre los que hay de todas las profesiones, desde tutores a agentes fuera de servicio, los dos sexos, hombres y mujeres, aunque incomparablemente más hombres, y de todas las edades, incluso muchos menores de edad que trafican con las fotos que ellos o sus contemporáneos protagonizan, serán castigados.
Sentencia pactada
Los sospechosos son gente educada, que suele pactar una «sentencia de conformidad» para evitar el escándalo, lo que les suele costar menos de dos años de prisión, que no llegan a cumplir. Pasito a pasito, pues, con esta legislación blanda y la comprensión de algunos del PNV nos hemos ido convirtiendo en un país de pederastas que abusan de los niños más que en México y un poco menos que en Estados Unidos. Antes se intercambiaban imágenes captadas en el exterior, pero cada vez más se detectan las iniciativas de fabricar aquí mismo el material para servir fotos y películas a los internautas viciosos. Sólo recordar que también somos de los primeros, gracias a las redadas de la Policía y de la Guardia Civil, en cuanto a capturas de almacenes pornográficos con los que los capturados pagan por el escándalo del vicio que estamos viviendo; y una vez capturado, se ve que el riesgo no compensa.
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