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Dos divisiones

La Razón
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La Fifa y la Uefa están empeñadas en organizar competiciones internacionales en una categoría. Con la teoría de que la mejor promoción para el fútbol está en los contactos entre selecciones no tienen empacho en tutelar torneos en los que participan como iguales Italia y San Marino o España y Liechtenstein.
Los partidos con selecciones de tan distinta categoría no favorecen a la brillantez, aunque acaben en goleada. Los tantos marcados a adversarios tan débiles no tienen otro sentido que el de la estadística. Los jerarcas del fútbol deberían plantearse un cambio en los torneos internacionales con el fin de que no sean tan largos y creen tantos problemas a los campeonatos nacionales.
Del mismo modo que en las federaciones nacionales hay divisiones de primera, segunda y tercera, en Europa debería establecerse un sistema parecido. Los pequeños deberían formar una categoría propia de modo que entre ellos hubiera un torneo de promoción. Los ganadores pasarían a enfrentarse a los clasificados directamente. El número de fichas, de clubes y su historial serán datos suficientes para establecer las diferencias. Ganar el preeuropeo ya sería galardón para los segundones y los grandes tendrían menos compromisos, menos interrupciones ligueras, menos viajes y mayor descanso para los futbolistas.
Los presidentes federativos, que hacen caja con los préstamos de los clubes, son partidarios de tal anomalía. Los clubes nunca acaban siendo una fuerza opositora. Contra Liechtenstein no había ningún jugador español exento de inesperada lesión. Y ello, en un campo de Segunda B.