Policía

Asalto mortal

Un octogenario muere después de que tres ladrones asaltaran su casa en Villa del Prado de madrugada. Ataron, golpearon y amordazaron al hombre y a su mujer, que escapó y avisó a la Guardia Civil, que busca a los agresores

Asalto mortal
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Villa de Prado despertó ayer con un estremecimiento al conocer la espantosa muerte de uno de sus vecinos. Vicente y Zenaida, más conocidos como Pocholo y Tita, sufrieron un asalto en su casa. Tres ladrones entraron para robar de madrugada y, aprovechando la avanzada edad de la pareja –Vicente tenía 81 años– asaltaron violentamente su casa, en la calle Génova de la localidad. Según explica Belén Rodríguez, alcaldesa de Villa de Prado, los ladrones los ataron a unas sillas y amordazaron, mientras los interrogaban sobre la ubicación del dinero y las joyas durante aproximadamente una hora. «Cuando se fueron, Tita consiguió soltarse los pies y fue hasta la casa de un vecino a pedir ayuda. En la plaza del pueblo encontraron al servicio de limpieza y avisaron a la Guardia Civil», relata. El aviso entró a las 3:45 de la madrugada y cuando llegaron los agentes de la Benemérita encontraron a Vicente tirado en el suelo, con un golpe en la cabeza. No respiraba.

Los facultativos de Summa que acudieron hasta el lugar no pudieron hacer más que confirmar la muerte del anciano, que presentaba un traumatismo craneoencefálico, si bien explicaron que la muerte podría ser por otras causas como la asfixia por estar amordazado. Por este motivo se trasladó el cuerpo al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia, aunque a lo largo del día no trascendieron los resultados.

A quien sí atendieron fue a Tita, que no sabía lo que le había ocurrido a su marido cuando salió de la casa y sufrió una crisis de ansiedad al conocer su muerte. Según explicaron fuentes de la Guardia Civil, Zenaida declaró que los asaltantes podrían ser marroquíes o rumanos, por lo que se estableció un dispositivo de búsqueda para localizar a los tres ladrones. La Policía Judicial de la Comandancia se ha hecho cargo de las investigaciones.
«Aunque no somos un pueblo pequeño –Villa de Prado tiene 7.000 habitantes–, seguimos conociéndonos todos, así que estamos consternados», explicó la alcaldesa. Vicente y Tita eran del pueblo «de toda la vida» y formaban una familia muy grande. De hecho, cuatro de sus hijos viven en la localidad.

Además de la tristeza por la pérdida de Vicente, que, pese a su avanzada edad, «seguía trabajando», según aseguró un paisano, los vecinos están «intranquilos y preocupados» porque se trata del tercer asalto de este tipo que el municipio sufre en los últimos cuatro meses. Por lo visto, a comienzos del año entraron en una vivienda de madrugada en la que no había nadie pero, cuando el vigilante de la zona pasó al hacer su ronda, los «cacos» huyeron del lugar. Según explicó a Europa Press María del Carmen, una de las vecinas, «hace menos de un mes a una señora mayor le pusieron una bolsa en la cabeza y revolvieron toda la casa».

La alcaldesa, que confirma los dos primeros asaltos, cree que podrían ser las mismas personas puesto que todos los robos han sido similares. «Las víctimas eran personas mayores y entraron en las casas a horas similares», señala y apunta que Villa del Prado tenía hasta ahora un índice de criminalidad muy bajo.

Sin embargo, muchos vecinos, acostumbrados a la tranquilidad del municipio, ahora están planteándose instalar medidas de seguridad en sus casas, ya sea alarmas o cerraduras de seguridad. «Todo esto genera mucha intranquilidad y mucha inseguridad en el pueblo», aseguró Tomás a Ep.

Una vez realizada la autopsia de Vicente, el cuerpo será trasladado a la localidad, donde será enterrado. La alcaldesa consultará a la corporación municipal para declarar luto oficial por su muerte.


«Pocholo», de 81 años, seguía trabajando
Como en todos los pueblos, en Villa de Prado todo el mundo tiene un mote. Así, Zenaida, la mujer de Vicente, era «Tita» y la familia del octogenario que murió ayer tras sufrir un asalto en su casa, «la de los Pocholos». Una familia numerosa que todo el mundo conocía. Según contaba un vecino, Vicente era agricultor y a sus 81 años seguía trabajando cada día. Los «Pocholos» habían arraigado en Villa de Prado y cuatro hijos del matrimonio se habían asentado en el municipio de 7.000 habitantes. «Una hija vive fuera, pero muchos siguen aquí; es una familia muy grande y muy conocida en todo el pueblo», explicaba ayer la alcaldesa de Villa de Prado, Belén Rodríguez, en la imagen. En la plaza de la localidad las caras de consternación eran unánimes, todos estaban dolidos porque Vicente era muy querido en el pueblo y porque «le puede tocar a cualquiera». El hecho de que haya sido un asalto en una casa, y ya el tercero en el municipio, preocupa a todos los vecinos, a los mayores, porque parece que son el objetivo de los criminales, y a quienes tienen a sus parientes de mayor edad asentados en Villa de Prado. «En este pueblo la mayor parte de las casas tienen un patio trasero y dos entradas y hasta ahora la gente vivía con confianza y tranquilidad –consideraba la alcaldesa–, pero ahora muchos van a tomar medidas para sentirse más seguros en sus hogares».


Las claves
Antedentes

1.- Huida precipitada
Hace unos meses se produjo el primer asalto en una casa del centro de Villa de Prado. Por suerte, no había nadie en el interior de la vivienda y, además, los ladrones huyeron cuando el vigilante de la zona se acercó al hacer la ronda. Pese a que el municipio tiene urbanizaciones más aisladas, el intento de robo se produjo en pleno centro de la localidad.
2.- Una bolsa en la cabeza
El segundo asalto se produjo en circunstancias muy similares al primero y al de ayer. También ocurrió de madrugada y en la vivienda de una mujer de avanzada edad. Los ladrones la ataron y amordazaron y le pusieron una bolsa en la cabeza mientras le amenazaban para que revelase dónde tenía sus objetos de valor y desvalijar la casa.