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ALEMANIA: La locomotora del trabajo en Europa

La Razón
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MADRID- Las reformas emprendidas por Alemania entre 2003 y 2005 para hacer más atractivas las relaciones laborales atípicas e incrementar la flexibilidad de los puestos de trabajo tradicionales han convertido el mercado laboral germano en la gran bolsa de empleo para el resto de Europa. Incluso si se cumplen los pronósticos, y su economía se ralentiza por completo, el paro seguirá cayendo aún más, por debajo del 6% actual.

Las empresas alemanas continúan firmes en las contrataciones, aunque no al mismo ritmo que en 2011, desafiando la ola de pesimismo que invade el continente. Además, el envejecimiento de la población y la inminente jubilación de un gran número de trabajadores han convertido al mercado alemán en esperanza para países como España.

De hecho, y pese a que en el desempleo se contrajo del 11,7% en 2005 al 6% en 2011, Alemania seguirá necesitando entre 500.000 y 700.000 trabajadores cualificados (entre ellos 100.000 ingenieros) en la próxima década para asegurar el crecimiento de su economía. Para comprender la fortaleza del mercado laboral germano basta un dato: su Instituto de Empleo detectó 919.000 puestos de trabajo de toda clase por cubrir sólo en el último cuatrimestre de 2011, 105.000 más (un 13 por ciento) que el año precedente. En noviembre pasado, había 492.000 empleos disponibles (un 25% más que el mismo mes de 2010).

Esta necesidad de mano de obra se ha traducido en el aumento en la llegada de 2.400 trabajadores españoles a Alemania, con un crecimiento del 49% entre enero y junio pasados. El sueldo medio de un ingeniero ronda los 41.225 euros al año en Alemania, pero a los tres años asciende a los 54.900 euros. En España, el salario medio en el sector no llega a los 30.000 euros al año.

En comparación con el resto de socios de la eurozona, en particular con las cuatro economías que le van a la zaga, las contrataciones consideradas «regulares» han descendido considerablemente en Alemania, especialmente en el sector servicios y entre las mujeres, donde el empleo a jornada parcial se ha disparado.

En el pasado año, el empleo a jornada completa sujeto a la Seguridad Social aumentó en 369.000 cotizantes, un 1,6% más que el año precedente, mientras que los contratos a tiempo parcial crecieron un 6% con 325.000 nuevos trabajadores registrados. Si bien los trabajadores con contratos «tradicionales» disponen de una fuerte protección ante el despido, apenas han tenido aumentos salariales. En general, sólo quienes hayan contribuido al menos 12 meses en los útimos tres años tienen derecho a la prestación por desempleo con un 60% de su sueldo neto.
La flexibilidad del laboral permite una de las tasas de ocupación más altas de toda Europa entre los mayores de 50 años, pero también entre los jóvenes, gracias en parte a los «minijobs» o microtrabajos. Siete millones de trabajadores tienen estos contratos, con un sueldo máximo de 400 euros mensuales y de 80 horas de máximo al mes.