Carreteras

Alcohol drogas y velocidad

La Razón
La RazónLa Razón

El problema no es la velocidad sino el consumo de alcohol, drogas o psicofármacos. Los accidentes de tráfico se deben mayoritariamente al estado de unos conductores que están borrachos o drogados. La conducción de un coche a 140 o incluso a 160 kilómetros en una autopista o autovía no entraña ningún riesgo. Los datos del Instituto Nacional de Toxicología sobre los conductores fallecidos en accidentes de tráfico lo pone de manifiesto. A este dato hay que añadir los que sobreviven al accidente, aunque han provocado la muerte de otras personas. Por tanto, hay que acabar con el mito de que es culpa de la velocidad cuando es por la irresponsabilidad de algunos conductores. La salida fácil es establecer límites absurdos de velocidad. Es decir, utilizar la fórmula mágica de las prohibiciones, tan grata para este Gobierno. Otro factor de riesgo son los «puntos negros» en nuestras carreteras y que se pueden resolver con inversiones. Hay que aumentar el límite de velocidad a la vez que poner más controles.