La primera mitad de 2011 la etapa más sangrienta del conflicto afgano

En un informe, la UNAMA ha cifrado el número de civiles fallecidos en los primeros seis meses de 2011 en 1.462, el máximo alcanzado desde que en octubre de 2001 se iniciara la guerra en Afganistán, lo que significa un incremento del 15 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado.

La UNAMA ha atribuido dicho aumento a los atentados suicidas, la colocación de artefactos explosivos de fabricación casera en los bordes de las carreteras, a la intensificación de los enfrentamientos violentos y las muertes causadas por ataques aéreos.
El 80 por ciento de dichos fallecimientos habrían sido obra de la insurgencia, según la UNAMA, cuando en el primer semestre de 2010, su autoría apenas representaba el 30 por ciento de las muertes de civiles.

En un informe, la misión de la ONU en Afganistán afirma que "el aumento de la ola de violencia y derramamiento de sangre en la primera mitad de 2011 ha elevado los civiles afganos heridos y fallecidos a niveles récord sin precedentes en el actual conflicto armado".
"El recrudecimiento de la violencia obedece al intento (de los insurgentes) de demostrar que las fuerzas de seguridad afganas no pueden asegurar la seguridad por sí mismos", apunta el estudio. Precisamente, ha sido en aquellas regiones donde se ha producido el traspaso de la responsabilidad sobre la seguridad por parte de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) a las tropas afganas donde se ha registrado un aumento de las víctimas civiles.

ATAQUES GUBERNAMENTALES
Asimismo, tanto la Policía afgana como la ISAF han sido responsables del catorce por ciento de la muerte de civiles, lo que significa un descenso de nueve puntos respecto a la primera mitad del año pasado. Los polémicos ataques aéreos, por su parte, han acabado con la vida de 79 personas, un catorce por ciento más, convirtiéndose así en la principal causa de muerte de civiles por parte de las fuerzas progubernamentales.

Estos datos no incluyen las víctimas que hayan podido registrar entre los meses de marzo y junio en la región norte de Afganistán, menos violenta que el sur, desde que la delegación de la ONU allí desplazada fuera objeto de una turba que acabó con la vida de siete miembros de Naciones Unidas.

ATENTADOS SUICIDAS
Por otra parte, el número de civiles muertos en atentados suicidas se ha disparado un 52 por ciento, si bien el número de ataques de este tipo apenas ha variado durante el primer semestre de este año. "Los atentados suicidas en 2011 se han sofisticado, usando, en ocasiones, varios artefactos explosivos en ataques espectaculares que acaban con la vida de muchos civiles afganos", señala el informe.

Los enfrentamientos armados, por su parte, han causado más de 304 víctimas mortales, un aumento de algo más del 30 por ciento respecto al año pasado, de los cuales 188 son de autoría insurgente, 66 de fuerzas progubernamentales y 50 muertos son fruto del fuego cruzado.

La UNAMA ha concluido subrayando su preocupación por el aumento del reclutamiento del número de menores para combatir durante la contienda militar afgana, donde, incluso, se dio el caso de un niño suicida de doce años que detonó una bomba adosada a su cuerpo el pasado 1 de mayo matando a tres civiles e hiriendo a doce.

El mes pasado comenzó el traspaso de la seguridad de manos de la ISAF a las fuerzas de seguridad afganas en siete provincias del país centroasiático, una de ellas en la conflictiva zona sur. Estos movimientos forman parte del plan de retirada de tropas extranjeras de Afganistán acordado por la ISAF y el Gobierno de Hamid Karzai que culminará a finales de 2014.

Las autoridades afganas y estadounidenses han reconocido haber entablado conversaciones de paz con los talibán para poner fin a la contienda militar, durante la cual han fallecido decenas de miles de personas y miles de soldados de la ISAF.