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Un huracán desde el principio

Hace un año, el Real Madrid empezó la Liga con un gris empate a cero en Mallorca. Dos semanas depués, en la segunda jornada, ganó con lo justo a Osasuna gracias a un gol de Carvalho. Mourinho acababa de llegar, y también varios jugadores que ahora son imprescindibles y a los que el Bernabéu aplaude antes incluso de que empiecen los partidos.

Pepe y Coentrao celebran uno de los goles del Real Madrid en La Romareda
Pepe y Coentrao celebran uno de los goles del Real Madrid en La Romaredalarazon

Aquel día en Son Moix, futbolistas que ahora ya no están o se encuentran en la puerta de salida (Canales y Lass) fueron titulares gracias a su buena pretemporada y a que otros, como Khedira y Özil, no habían podido entrenarse lo suficiente después del Mundial. Mou lo explicaba así: «Una cosa es un producto acabado, como el Barcelona, que llega de vacaciones y dos días después, con los ojos cerrados, sabes cómo jugar. Y otra cosa es un equipo en construcción. Me gustaría tener tres puntos y que ellos tuvieran uno, sí, pero...». Ahora, el Madrid es y quiere ser mejor que el curso pasado. Después de mucho tiempo mantiene entrenador y proyecto y eso se nota, como bien pueden confirmar los abonados al Camp Nou.

Una exhibición sin descanso
La entrada en el campeonato de los madridistas fue más que contundente, un vendaval con seis goles y 16 tiros entre los tres palos que asfixiaron al Zaragoza. Esto ya lo hizo el Real Madrid la temporada pasada en campos tan complicados como Mestalla o el Sánchez Pizjuán, porque el crecimiento ha sido constante desde que el luso llegó al banquillo.

El equipo tiene un once titular que los niños recitan de memoria, y una madurez táctica que le ayuda, por ejemplo, a ser capaz de ir a buscar al Barça cerca de su área en los dos choques de la Supercopa. Los mecanismos que ayudan a que el juego ofensivo se genere sin esfuerzo están interiorizados y se nota que las jugadas a balón parado no provienen de la casualidad. El año pasado el Madrid fue un muy buen equipo sólo superado por el Barcelona, al que incluso fue capaz de derrotar en una exigente final de Copa del Rey. El saldo sería aceptable para cualquier club en el primer año de un técnico, pero no para Mourinho y la historia blanca, que necesitan alcanzar su único objetivo: superar al Barça de leyenda que ha construido Guardiola.

Esta misión empieza por no perder puntos ante rivales teóricamente inferiores, como sucedió el curso anterior ante el Sporting o el Levante. El Madrid quiere ser un huracán desde el principio.

 


«Todo bien con el míster»
Casillas negó ayer que el hecho de no jugar ni un solo minuto en el Trofeo Bernabéu ante el Galatasaray fuera un castigo de su entrenador por haber llamado a Xavi y Puyol tras la Supercopa para disculparse: «No me gusta estar en boca de todo el mundo por este tipo de opiniones. Con el míster tengo una relación muy buena y no hay que darle más vueltas. Discrepo con él en cosas futbolísticas o personales, pero siempre con buena relación. De manera alegre y divertida», decía el portero, que también desmintió los rumores que dicen que ha montado una cena con los capitanes del Barça para hacer las paces.