Cataluña
Excelencia frente a una escuela «mediocre»
La patronal CECE denuncia que un 82% de los colegios está lejos de la calidad que busca Esperanza Aguirre.
Se busca la excelencia en el alumnado. Así podría enunciarse la próxima puesta en marcha en la Comunidad de Madrid de institutos para los alumnos con los expedientes más brillantes en Secundaria. Y es que el saldo que refleja nuestro sistema educativo ha hecho de la búsqueda de la excelencia una misión indispensable. Hay motivo: el 62 por ciento de los centros españoles pueden ser considerados mediocres, según estima la patronal CECE de centros privados y concertados en un estudio que presentará próximamente.
Pero ¿qué centros pueden ser catalogados de excelentes? En el baremo de la CECE, serían aquellos «que consiguen que sus alumnos rindan mucho más de lo esperado» y «que los hacen destacar por encima del resto», apuntan en el informe. «Un centro bueno sería aquel que consigue elevar el nivel de sus alumnos teniendo en cuenta también la procedencia socioeconómica. Se valorará más un centro del distrito de Vallecas que ha aumentado su media de 4 a 7, que uno de la Moraleja que ha subido de 7 a 8», apunta Mariano del Castillo, director del Departamento de Tecnología de la CECE.
Sin embargo, esta excelencia sólo la logra un 18 por ciento de los centros –entre los considerados muy buenos o buenos–, mientras que la media europea sería del 30 por ciento. Aparte de ese 62% de escuelas mediocres, el 20 por ciento podrían ser tachadas de «malas». En total, un 82 por ciento de centros están lejos de la excelencia.
Castilla y León, La Rioja, Cataluña, Navarra y Madrid serían las regiones que más centros excelentes aglutinan. La puntuación de Castilla y León y La Rioja se debe a que «cuentan con una enseñanza pública excelente». Mientras, en Cataluña, Navarra y Madrid la excelencia se centraría en su enseñanza privada y concertada. Ceuta y Melilla –con un 81 por ciento de alumnos matriculados en centros malos y muy malos–, Baleares y Canarias–con un 40 por ciento de alumnos en centros malos– y Andalucía –con más de la cuarta parte del alumnado en estos centros– se llevan la peor parte. «No hablamos de una cuestión económica, depende del proyecto y la gente que trabaje en él», apunta Del Castillo. De hecho, los centros malos no lo son por una falta de recursos: «Están mejor dotados de ordenadores», dice el informe.
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