Europa

España

Un 725% menos de coste para financiarse que España por Javier Flores

La Razón
La RazónLa Razón

Alemania disfruta de las bondades del euro. Si el marco alemán existiera ahora, su cotización se habría disparado del mismo modo que lo ha hecho el franco suizo, las exportaciones alemanas se habrían visto gravemente perjudicadas y su economía sufriría con severidad las consecuencias de las desigualdades europeas. El país financia hoy su deuda a diez años un 72,5% más barata que España (interés del 1,54% frente al 5,54%), y a dos años, el coste del bono germano es un 98% inferior al español (0,05% frente a 3,06%).

Los inversores están evaluando, entre otros riesgos, el relacionado con la posibilidad de ruptura de la moneda única. No todos los euros son iguales, y el alemán, que en caso de disolución de la eurozona volvería a ser el marco, es el más fuerte. Existe también un factor de sostenibilidad fiscal, ya que el déficit de Alemania apenas llega al 1% del PIB del país, frente al 9,44% de España.

Cuando un inversor elige la deuda de un país sobre la de otro no mira sólo el interés ofrecido, tiene muy en cuenta las expectativas de recuperar el dinero invertido. El mercado premia la solvencia germana con tipos bajos (hasta por debajo del 0% en Letras) ante la seguridad de que el Estado alemán no dejará de devolver el capital. No hay expectativas, por tanto, de impago en Alemania, una posibilidad con la que sí se especula en España.

En el sur se siguen acumulando circunstancias que continuarán poniendo a prueba la recuperación de la confianza, o más bien de expectativas basadas en la solicitud de rescate que permita recompras de deuda al BCE, factor que actualmente protege a la prima de riesgo de España. Las Cumbres Europeas, eje central de las expectativas creadas por el mercado, parecen cerrarse una tras otra en falso pese a los suaves términos de los acuerdos. Hay sensación de que España no tiene la seguridad de que, en caso de pedir el rescate, Alemania no exija más condiciones. Da la impresión de que se sigue apostando por ganar tiempo.
Resulta relevante, por ejemplo, que pese a que se había dado vía libre, conforme se acordó en reuniones precedentes, a instaurar el supervisor bancario único, seguimos viendo poco beneficio para el caso español. Es más, la canciller Angela Merkel aseguraba recientemente que la recapitalización directa de entidades no estaría disponible de forma retroactiva y excluye expresamente el uso de esta herramienta para la banca española. Las cumbres europeas ya no tienen la seriedad de antes, que dicen algunos.

Si de algo podemos culpar a Alemania en lo referido a esta crisis es de convertir a la economía europea en víctima colateral de la política, como muestran los datos más recientes de Eurostat y de actividad económica. Confirman la menor confianza empresarial por el descontento de las empresas con la situación política actual y las perspectivas de empeoramiento de la economía europea. Además, hay una doble cara en Europa respecto a las cifras de déficit público.

Podemos olvidarnos de esperar un cambio en la dinámica alemana, no sólo porque actúe en función de su propio bienestar financiero, sino porque sus electores no se toman a la ligera lo que sus dirigentes califican como una generosidad inmerecida extendida a los países irresponsables del sur. Nunca fue más cierto que hoy que ya no dependemos de nuestras actuaciones, limitadas al control del gasto y a las declaraciones, aunque éstas si pueden condicionar las de los demás.
 

Javier Flores
Responsable de Estudios y Análisis de Asinver