Champions League

Real Madrid

Mourinho carece de «plan B»

Los reservas de Mourinho no estuvieron a la altura. Pese a la soltura que te da jugar con un colchón de ocho goles, ninguno de ellos fue capaz de marcar y, sin exagerar, ni siquiera de tirar a puerta en los primeros 45 minutos

Suerte que la derrota no fue abultada, pues ya se sabe que al técnico portugués si el equipo le hace lo que a Pellegrini en Alcorcón, al que le ponga la cruz no vuelve a jugar en su vida.

No llegó la sangre al río, pero sin duda el técnico les habrá espetado que si quieren llegar a ser titulares deben hacer algo más cuando tienen la oportunidad. Ya quisiera el Levante, con la ínfima parte del presupuesto madridista, tener el once que ayer dispuso Mourinho, eso dijo Luis García en la previa y, en igualdad de condiciones, porque el técnico levantinista también alineó algunos suplentes, sus jugadores tuvieron más amor propio que los madridistas. Y más fútbol. Y más aguante, pues tan oxidada está la segunda línea de suplencia del portugués, que algunos acabaron con calambres.

Los Pedro León, Granero y Canales, que escoltaron a Benzema se estorbaron más que se asociaron; no hubo movilidad del balón ni ataques definidos. La única ocasión verdadera fue un pim-pam-pum en el área, que terminó con el balón en el poste, rematado por Kaká de cabeza. Ya entonces Benzema había enfilado el camino al banquillo, donde tuvo tiempo de risas y autógrafos, aunque la noche de la segunda derrota de Mourinho en lo que va de temporada no estaba para fiestas y el francés acababa de demostrar que no sirve como reemplazo de Higuaín.

 La prueba del mal juego madridista fue la apresurada entrada de Kaká. Mourinho tenía previsto darle 20 minutos, pero cuando no lo soportó más, le quitó el peto y mandó su «supercalidad» al césped. El «8» aportó alguna claridad de ideas, pero nada pudo hacer en el gol de penalti por mano involuntaria de Gago o en el cañonazo de Sergio en lanzamiento de falta, imparable; sin reproche a Adán.

Por lo visto ayer, Mourinho carece de «plan B», lo que en gran parte le da la razón en los muchos mensajes que a través de la Prensa le manda a su directiva. Las «limitaciones» del equipo, que no cejará en subrayar, quedaron patentes. Benzema es el único delantero que tiene y sólo le está rindiendo una de cada tres o cuatro noches. ¿Qué pasará cuando vuelva la Liga de Campeones y coincida con partidos ligueros contra los primeros de la tabla? Pero, ¡vale!, sólo tiene a Morata, lo pone, no vaya a ser que le tachen de cabezota, y sí, es la ocasión propicia para ver el verdadero potencial de un chaval que promete, pero no se sabe hasta qué punto en Primera y en todo un Real Madrid, y cuando va a hacerlo, los calambres de Mateos devuelven a Morata al banquillo, que se queda sin regalo de Reyes, porque se ve obligado a meter en el campo a otro lateral, Juanfran.


A cuartos, cinco años después
El Real Madrid regresa a los cuartos de final de la Copa cinco años después. La temporada 2005-06 fue la última en la que llegó a semifinales, donde el Zaragoza le dejó fuera. Después llegaron las eliminaciones ante el Betis, el Mallorca, el Real Unión y el Alcorcón. Mourinho insistió en la sala de Prensa en las «limitaciones» que no pueden «esconder», en clara alusión a la falta de un delantero centro tras la baja de Higuaín. Explicó que el de ayer era un partido que «se podía perder», pero que «los próximos, no».