Asturias

Kosovo por ejemplo por Martín Prieto

La Razón
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Margaret Thatcher tuvo sus ideas claras tras años de martirización de Sarajevo y escribió un artículo en la Prensa europea titulado explícitamente: «Hay que bombardear Belgrado». La descomposición yugoslava fue atroz y revivió los enfrentamientos prácticamente tribales entre «Chetniks» y «Ustachis» que llenaban serones con los ojos de sus prisioneros. Un oficial de enlace británico relató durante la Guerra Mundial que parecían cuévanos de almejas para consumir. La limpieza étnica de albano kosovares a manos de una ultranacionalista Serbia empujó a Bill Clinton y a la OTAN a atacar Belgrado y sus tropas blindadas en Kosovo. Javier Solana, secretario general de la Alianza, nunca se vio en otra peor tras haber pedido la salida de España de la NATO. Serbia fue «electrocutada» con bombas de grafito que cortocircuitaron todas sus comunicaciones radioeléctricas y electrónicas, mientras los helicópteros «Apache» perforaban los carros serbios con proyectiles de uranio empobrecido, como en una cacería de patos, sembrando el terreno de una radioactividad que perdura. Kosovo es la cuna de Serbia, algo así como Asturias y Covadonga para nosotros y la independencia unilateral de 1998 fue rechazada por Serbia, Rusia, España y la mayoría de los países iberoamericanos, y no pertenece a Naciones Unidas, que la administran con la ayuda de un contingente militar internacional. La antigua provincia autónoma es un Estado fracasado con la andadera de la Alianza Atlántica y el odio y el mutuo aislamiento son la tónica entre albano kosovares y serbios. Belgrado no renunciará jamás a Kosovo y esperan reclinados en el tiempo, esa madrastra de la Historia. El mayor PIB de los albano kosovares lo obtienen reventando chalés de España, tratando blancas y transportando droga al por mayor. El radicalismo secesionista catalán pone como ejemplo todo lo que se mueve hacia el independentismo decimonónico y también plantean el ejemplo de Kosovo como si fuera un paso de progreso y respeto a la voluntad popular. A la voluntad democrática de Clinton. ¿Aducirán los que crucifican al ministro Wert que Cataluña está siendo sometida a una limpieza étnica?