Asefa Estudiantes

«Más listos que el hambre»

Ala sombra del Barça y el Joventut hay un club al que pocos prestan atención. Es el Básquet Manresa, esta temporada bautizado como Assignia Manresa. Nunca han hecho mucho ruido, pero hace años lo hicieron y de qué manera. Fueron campeones de la Liga ACB en la temporada 1997/98 y ganaron la Copa del Rey en 1996.

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MIROTIC intenta defender la penetración de English. El Real Madrid derrotó sin demasiados problemas al Cajasol en el Palaciolarazon

Este año llevan cuatro victorias y dos derrotas. Son, con permiso del Lucentum, el Levante de la Liga Endesa. La última jornada le sacaron los colores al finalista del anterior ejercicio, el Bilbao Basket. Viendo el partido no pude dejar de pensar en cuánta verdad se encierra en el dicho popular que dice: «Es más listo que el hambre». En Manresa saben que el hambre agudiza las ideas para salir adelante. Ha pasado por el descenso, casi por la disolución, por tener que vender camisetas para poder sobrevivir, por casi regalar sus acciones a los socios, por vender a los jugadores que destacan... Con todo eso son capaces de reinventarse cada año, capaces de competir y ganar a equipos con presupuestos infinitamente superiores y con jugadores internacionales de todas las formas y de todos los colores.

¿Qué ocurriría si de repente se volvieran poderosos económicamente? ¿Se olvidarían del ingenio? ¿No arriesgarían y dejarían de confiar en los jóvenes? ¿Despilfarrarían? Si no perdieran sus referencias, sus proyectos serían sólidos, fuertes, equilibrados y prácticamente invencibles. Doy una pista. Joan Creus pasó por esas tierras y ahora ocupa un despacho muy importante en el Barça.

La jornada no deparó más sorpresas. Los cuatro líderes ganaron y Europa tampoco nos deparó nada nuevo. Sólo hubo una confirmación que no ha hecho ninguna gracia a los madridistas. En Europa y ante equipos potentes, el juego interior despierta dudas.

Y en la NBA seguimos en las mismas. El problema es que ha pasado una semana más. El conflicto continúa y no hay forma de que lleguen a un punto de negociación en el que ambas partes digan aquello de «ni pa ti, ni pa mí». Nadie da el brazo a torcer. De seguir así sería un golpe tremendo para la imagen de la Liga. Que les pregunten a los del hockey y a los del béisbol. Desde sus respectivos «lockouts» no han vuelto a ser los que eran. El inmovilismo nunca es bueno y entre propietarios y jugadores hay mucho de eso.