Ministerio de Sanidad

Enredar o curar por el Dr Bartolomé BELTRÁN

Enredar o curar
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Las trabas contra los fármacos florecen por doquier. Hemos pasado de la necesaria reflexión sobre el uso racional de los medicamentos y, claro está, sobre las medidas para la sostenibilidad del sistema, pero se nos va la mano desde la administración pública a la hora de obstaculizar, mediante visados, normas, evaluaciones, auditorías y estudios, nuevos fármacos que después de grandes inversiones y amuchos años de investigación han demostrado su eficacia en la curación de procesos para los que antes no teníamos solución. Así, a la consabida frase de que además de diecisiete autonomías contamos con diecisiete sistemas sanitarios diferentes habrá que añadir en cada uno de ellos la montaña de trabas administrativas, burocráticas, evaluadoras y hasta coercitivas que encuentran algunos medicamentos para que los ciudadanos puedan curarse de procesos ciertamente perniciosos y graves.
¿Quién debe hacer la evaluación de la eficacia de los medicamentos? ¿Cómo y cuándo debe hacerse? Son las preguntas para las que Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, necesita una respuesta certera y precisa. La industria farmacéutica es favorable a la evaluación de la eficiencia de los medicamentos, pero reivindica que se realice desde un punto de vista, no sólo sanitario o terapéutico, sino también social, en atención al valor que en este sentido aportan las empresas. En cuanto a los estudios de coste-eficacia, especificó que debe hacerlos el Gobierno Central, porque «no puede ser que tras la evaluación del Ministerio haya otras diecisiete diferentes. Arnés en la UIMP se opuso a los criterios restrictivos y subrayó que los estudios de coste-eficacia no pueden erigirse en una «barrera burocrática» que retrase el acceso a un fármaco de aquellos pacientes que lo necesitan. Así, reclamó que la evaluación sea a escala nacional. Ni europea, ni autonómica. Y que se escuche la voz de la industria farmacéutica.