Grecia

La eurozona libera el préstamo a Grecia para evitar el impago

Los 17 socios del euro discuten ya un segundo paquete de ayuda para Atenas que podría rondar los 120.000 millones de euros

Didier Reynders, ministro de Finanzas belga
Didier Reynders, ministro de Finanzas belgalarazon

Casi en el tiempo de descuento, los socios del euro dieron ayer el visto bueno para evitar el impago de Grecia, liberando los 12.000 millones que esperaba para este mes, y que necesita para pagar los compromisos con sus prestamistas hasta otoño.

Los ministros de Finanzas de la eurozona, el llamado Eurogrupo, se esperaba que ayer, en una cena de trabajo de emergencia en Luxemburgo, liberaran el quinto pago del préstamo de 110.000 millones de euros aprobado el pasado año, y que se desembolsa trimestralmente. La incapacidad del Gobierno griego para llevar a cabo el severo plan de ajuste de sus cuentas, que incluye un ambicioso programa de privatizaciones, había dejado la entrega de este dinero en el aire. Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) que aporta unos 3.300 millones, se había negado a sumar su parte si no se despejaba la solvencia económica helena durante el próximo año.

"Hoy [por ayer] esperamos desbloquear el siguiente tramo de fondos que Grecia necesitará en los próximos meses", dijo la vicepresidenta segunda, Elena Salgado en la entrada a la reunión, todavía sin concluir al cierre de esta edición. La aportación española rondaría el 13%, señaló. En caso de urgencia, su colega belga, Didier Reynders sugirió que se podría desgajar una financiación más urgente "a corto plazo"que rondaría los 6.000 millones de euros para evitar la quiebra griega.

El FMI levantó el pie del freno tras el acuerdo alcanzado el viernes entre Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, el cual allanó el camino para un segundo rescate para Atenas que los ministros europeos discuten ya, lo que alargará la ayuda de los socios más allá de 2012. La canciller alemana aceptó finalmente una participación sólo voluntaria del sector privado en este segundo rescate en cocción, tal y como defendían la mayoría de los 17 socios del euro y el BCE.

Hasta ahora, Merkel había insistido en que el sector privado participara con una renegociación forzosa de los bonos, retrasando siete años el pago para dar tiempo al ajuste griego, pero que en la práctica hubiera supuesto que por primera vez un país del euro no puede hacer frente a sus deudas. Un terremoto financiero con unos efectos devastadores similares a los de la caída de Lehman Brothers en 2008. "No podríamos controlar una insolvencia", reconoció este fin de semana Merkel.

Esta participación voluntaria se concretará invitando a los tenedores de bonos griegos mantengan su exposición a la deuda griega, con la compra de nuevos bonos para aquellos que caduquen durante los próximos años. Un modelo similar al de la conocida como Iniciativa de Viena, y que se aplicó en 2009 para evitar la estampida de los prestamistas de los países del Centro y Este de Europa.

No obstante, pocos detalles se conocen sobre la forma y la cantidad final del segundo rescate. Según la estimación del FMI, la cantidad que Grecia necesitaría cubrir su agujero fiscal para los próximos tres años asciende a 124.000 millones de euros, si finalmente los tenedores de bonos griegos mantienen su exposición.