Ámsterdam
Europa recupera el aliento
Presentan nuevas terapias que mejoran la función pulmonar y reducen las exacerbaciones de pacientes con EPOC y asma durante el Congreso Anual de la European Respiratory Society (ERS)
La EPOC (una de las terribles consecuencias del tabaquismo) y el asma son las dolencias respiratorias más amenazantes. Por ello centraron gran parte de las investigaciones presentadas esta semana en el Congreso Anual de la European Respiratory Society (ERS), celebrado en Amsterdam. Allí dieron a conocer nuevos datos que demuestran que el fármaco roflumilast (primer tratamiento antiinflamatorio oral y comercializado por Nycomed y MSD) reduce el número de exacerbaciones en pacientes con EPOC grave y mejora su función pulmonar. «Está dirigido a quienes tienen el llamado fenotipo agudizador, es decir, que sufren más de 20 exacerbaciones diarias», aclaró Juan José Soler, presidente de la Sociedad Valenciana de Neumología. Por su parte, Neil Barnes, del Departamento de Medicina Respiratoria del Chest Hospital de Londres, explicó que «lo peor de estas agudizaciones es el esputo, la tos, y los cortes de respiración, unido al mayor riesgo de muerte. Con roflumilast se reducen en aproximadamente un 20 por ciento». Además, se trata de un medicamento preventivo, por lo que también es apto para pacientes menos graves, «ya que de esta forma pueden evitar que les ocurran en un futuro», dijo Soler.
Asma
Los pacientes con asma grave y persistente también verán estabilizada su función pulmonar gracias a un tratamiento denominado termoplastia bronquial, que fue presentado por la multinacional Boston Scientific Corporation. La compañía anunció los datos positivos a largo plazo del estudio RISA (Research in Severe Asthma). Se trata de aplicar energía térmica a las paredes de las vías respiratorias para reducir el exceso de músculo liso bronquial. Así, disminuye la capacidad constrictora de las vías respiratorias y se reduce la frecuencia de las crisis. La intervención se realiza bajo sedación y está pensada como complemento de los tratamientos farmacológicos convencionales para la enfermedad.
Otro trabajo, cuanto menos curioso, es que beber entre una y seis unidades de alcohol reduce las posibilidades de desarrollar asma. Lo averiguaron tras analizar a 19.349 gemelos de entre 12 y 41 años y compararon el consumo de alcohol y las tasas de esta dolencia. Así hallaron que menos del cuatro por ciento de quienes consumían aproximadamente un vaso de vino diario desarrollaron asma. Sin embargo, quienes apenas bebían eran un 40 por ciento más propensos a sufrirla.
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