La salida

Desde esta tribuna me esfuerzo en explicarles que no todos los catalanes somos independentistas. También pongo énfasis en decir que tampoco la mayoría aceptamos la sentencia del calamitoso Constitucional, porque cercena competencias y, sobre todo, coarta nuestra voluntad de ser catalanes en una España federal. De ser catalanes a la vez que españoles. Queremos más autogobierno, no queremos irnos ni tampoco que nos echen. Pero, nos sentimos incomprendidos. En Cataluña y en España. Siempre el camino del medio es el más dificultoso. Los catalanes que somos españoles negamos la uniformidad que nos quieren imponer como si todos los españoles fuéramos iguales, y rechazamos el centralismo jacobino como la gran medicina que diluya el camino andado por el Estado autonómico. Los catalanes que somos españoles no queremos dejar de serlo ni pensamos envolvernos en la estelada –bandera independentista– por mucho que CiU y ERC consideren que ahora ha llegado el momento. Esta posición centrada, tantas veces cuestionada, resulta que es mayoría. «El Periódico» tituló «Más autogobierno, no a la independencia» una encuesta en la que la mayoría de catalanes defiende un Estado federal y un 40% se siente tan catalán como español, frente a un 15% que se considera únicamente catalán. Ésta es la fotografía de Cataluña. No es la del PP que quiere reducir la catalanidad a una especie de folclore residual. No es la de los partidos nacionalistas que ven en España al culpable de todos sus males. El presidente Montilla tuvo la valentía de decirle esto Zapatero y plantear una salida para la mayoría. Ahora, Zapatero debe dar los pasos convenientes para cargar de razones a esta mayoría social. No hacerlo dará alas a los independentistas y paso a los lamentos.