Crisis del PSOE

Chacón saca del abismo a Zapatero

Se va, pero volverá. Carme Chacón anunció ayer su renuncia a confrontar contra Alfredo Pérez Rubalcaba por el cartel electoral de 2012. ¿Motivo? «Los movimientos internos contra las elecciones primarias han puesto en riesgo la unidad del PSOE, la autoridad del secretario general y presidente del Gobierno, la imagen colectiva del partido y la estabilidad del Gobierno». > Ibarra: «Rubalcaba aceptará ser candidato si tiene la garantía de ser elegido»> Las reacciones en el PSOE a la decisión de Chacón> Zapatero asegura que tiene «controlado» el partido > Valeriano Gómez: «Las opiniones de Patxi López tienen buen fundamento»

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Y, en efecto, con su decisión, la catalana saca del abismo en el que algunos barones –encabezados por Patxi López– habían situado a Zapatero al exigirle la celebración de un congreso federal, tras la hecatombe del 22-M. La ministra prolonga la agonía de un presidente para el que la celebración del cónclave extraordinario suponía su automática dimisión como secretario general y al día siguiente, con seguridad, como presidente del Gobierno. Su adversario por la carrera de la sucesión, el vicepresidente primero, tiene ahora el camino expedito para la candidatura a las generales, aunque el poder orgánico seguirá en manos de Zapatero.

«Hoy doy un paso atrás para que el partido dé un paso adelante», solemnizó la catalana en una comparecencia leída en la sede del PSOE, en la que dejó entrever el poso de amargura con que afronta la retirada, pero también que la partida no ha terminado. Chacón permanecerá en sus cuarteles de invierno hasta después de las generales, donde con toda seguridad los socialistas recibirán un nuevo varapalo y tendrán que afrontar una verdadera catarsis. Será entonces el momento de volver a dar la batalla. Con gesto apesadumbrado y con las lágrimas a punto, la que se autonombró «niña de Felipe», se mostró en contra de que su partido adelante el Congreso para que el próximo candidato a La Moncloa sea también secretario general del PSOE, como pretendían los partidarios de Rubalcaba. Aunque en todo momento evitó señalar actitudes y nombres concretos, sollozó porque ha habido voces en el PSOE que urgían a la designación de un candidato único y afirmaban que

las primarias generaban división. En los últimos días, tras la derrota electoral, según su denuncia, esos movimientos se habían recrudecido. Apunta directamente contra quienes arropan desde la dirección federal y desde las distintas federaciones a Rubalcaba en la carrera sucesoria. «Hoy considero –prosiguió su lectura– que mi mejor aportación es esta decisión, en pro de la unidad de mi partido y de una reflexión serena. Hay quienes piensan que el futuro se conquista con fuerza, y es verdad, pero en el PSOE sabemos que se conquista con fuerza y generosidad».

Si pretendía conmover con sus palabras a una parte del PSOE y presentarse como víctima de un «complot» de los de Rubalcaba contra ella, lo logró. Y es que durante todo el día los socialistas estuvieron prestos a la valoración y en los siguientes términos: «Se ha convertido en un símbolo. Ha antepuesto el país y el partido a su ambición personal. Es la decisión de alguien que distensiona frente a la tensión que han introducido otros. Ha hecho de cortafuegos de Zapatero. Generosidad y grandeza».

La valoración era de un destacado socialista cercano a Chacón, pero renuente a la confrontación interna fuera ésta con formato de primarias o de congreso federal. Más explícito era un miembro de la Ejecutiva: «La niña ha crecido y se ha hecho mujer», afirmó irónico en respuesta a la mofa que se ha hecho con la frase la «niña de Felipe» que la propia Chacón utilizó para convertirse en heredera del otrora ex presidente del Gobierno. Más allá de interpretaciones, la ministra de Defensa antes de Vivienda explicó con detenimiento cuáles eran sus intenciones cuando tomó la decisión el pasado 2 de febrero de pujar en la carrera sucesoria: «Quería encabezar un proyecto que recuperara y actualizara las señas de identidad de la socialdemocracia, con ambición de igualdad y con la movilización de todas las energías para combatir el paro, sobre todo entre los jóvenes». Claro que cuando se le perguntó por cuándo creía que el Gobierno había perdido esas señas de identidad y cuántas veces lo señaló en los órganos internos del PSOE o en el Consejo de Ministros, lanzó balones fuera.

Su proyecto pasaba también por reafirmar la «autonomía de la política frente a los grandes poderes económicos y distribuir los sacrificios con la máxima equidad, recuperar su prestigio y dignidad, tal como han reclamado miles de ciudadanos en las urnas y también en la calle». De todo esto tampoco consta que Chacón –que subrayó su identidad catalana y española–, hiciera alguna aportación desde la mesa del Congreso de Ministros o en las reuniones de la Ejecutiva Federal, salvo el pasado lunes después de la derrota electoral que fue cuando muchos leyeron en sus palabras una enmienda parcial a la gestión del Ejecutivo y una enmienda a la totalidad a la dirección del PSOE. Lo dicho: se retira, pero ahí seguirá.