El Cairo
Gadafi: «Voy a entrar en Bengasi como Franco entró en Madrid»
El Coronel Muamar Gadafi anunció ayer que el comienzo del asalto final a Bengasi, asegurando que entraría en la ciudad «al igual que Franco en Madrid, con el apoyo del pueblo», y haciendo un llamamiento a la «quinta columna» de la capital rebelde.
El dictador, en una emisión radiofónica especial, reiteró su amenaza de buscar a los «traidores» casa por casa y ha pedido a los habitantes de la capital rebelde que entreguen las armas y se rindan, so pena de perder la vida. gadafi, en tono arrogante, explicó que había recibido miles de llamadas de familias de Bengasi «pidiendo al Gobierno que les rescate de los rebeldes, a los que volvió a tachar de «terroristas» y «drogadictos» y quienes, a su juicio, quieren convertir Libia en Somalia. En este sentido, ha recordado que Libia es un país rico pero que, a causa de las revueltas, ha visto interrumpida su capacidad petrolera. Miles de personas se encontraban en las calles de Bengasi mientras el líder libio pronunciaba sus discurso, que fue recibido con gritos contra el régimen.
El Gobierno libio corre contra el reloj y busca acabar con la revolución antes de que una posible intervención extranjera se lo impida: los plazos y las victorias anunciadas por Gadafi son mucho más expeditivos de lo que puede tardar la ONU en poner en marcha una zona de exclusión aérea, sobre la que la comunidad internacional lleva debatiendo desde la semana pasada.
Ayer, el régimen aseguraba que la batalla por Misrata, el último bastión rebelde en el oeste de Libia, habrá terminado hoy, viernes, a mucho tardar, después de varios días de asedio que los rebeldes están consiguiendo resistir.
Mientras, las fuerzas del dictador llevan días asegurando que están a las puertas de Bengasi, algo que las autoridades revolucionarias volvieron a negar, reclamando incluso algunos avances en territorio enemigo. Periodistas occidentales, sin embargo, señalaron la presencia de blindados y artillería gubernamental apostados en las carreteras que llevan a la capital de la Tripolitania.
Horas antes de la intervención de Gadafi, la televisión estatal libia pidió a los civiles que se marcharan de las zonas controladas por los rebeldes, sobre todo de las proximidades a los depósitos de armas y puntos empleados como bases por los milicianos, y, al mismo tiempo, anunció que las tropas gubernamentales suspenderán sus operaciones el domingo para permitir a los insurgentes dejar las armas y rendirse.
El bombardeo propagandístico está siendo fundamental y se ha intensificado en las últimas horas, para consumo interno y externo. El régimen libio ha asegurado que cualquier intervención internacional, que le dejaría sin poder emplear la aviación, tanto en misiones de bombardeo como en el transporte de tropas y municiones, pondría en riesgo el tráfico marítimo y aéreo por el Mediterráneo, pero sus amenazas no hacen más que acelerar la respuesta de la comunidad internacional, convencida de que en Bengasi tendrá lugar una matanza si Gadafi consigue, finalmente, su reconquista. Sus fuerzas se encuentran actualmente en la frontera de la denominada «Libia libre», en la ciudad de Aydabia, principal núcleo habitado antes de Bengasi y donde está en juego el control de las comunicaciones de todo el territorio rebelde.
Ambos bandos aseguran estar en control de Aydabia, con la televisión libia mostrando imágenes de los soldados gubernamentales marchando en sus calles, mientras los revolucionarios aún no admiten haberla perdido, y siguen mostrándose desafiantes y dispuestos a proseguir la lucha hasta el final, pero suplican, desesperadamente, que el mundo se decida y detenga la matanza que se avecina.
No habrá ocupación militar de Libia
A la hora de cierre de esta edición, el Consejo de Seguridad de la ONU debatía una resolución sobre las medidas a tomar «para proteger a la población civil libia». Según fuentes diplomáticas, el documento auspiciado por franceses, británicos y libaneses que se someterá a votación incluye la adopción de «todas las medidas necesarias» para la misión, a excepción de una ocupación militar del país. También incluye un llamamiento a un alto el fuego inmediato, como solicitó Rusia, y un endurecimiento de las sanciones impuestas al régimen de Gadafi, además de una zona de exclusión aérea. La delegación francesa admitía anoche que no iba a haber consenso entre todos los miembros del Consejo de Seguridad.
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