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La crisis alcanza a los bebés prematuros menos asistencia privada y apoyo familiar
Valencia- La Asociación Valenciana de Padres de Niños Prematuros (Avaprem) ha experimentado un incremento en la demanda de sus servicios del 35 por ciento. La crisis es la causante de este aumento, según explica su presidenta Emilia Pérez. «Cuando finalmente los bebés salen del hospital, los padres se siente ilusionados pero perdidos». Tradicionalmente, las familias recurrían a los servicios privados que les ofrecían asistencia médica y burocrática, lo que les daba una mayor tranquilidad a la hora de atender al neonato ya en casa. Sin embargo, las circunstancias económicas han llevado a muchos padres a replantearse esta opción, pues se trata de un gasto que ya no pueden asumir.
«Muchos se han quedado en el paro y no pueden permitírselo. Nuestra cuota anual es de 60 euros -la mitad si acreditan que no tienen empleo- así que prefieren acudir a nuestra asociación». Allí no sólo se les dispensan labores de acompañamiento, también se les aconseja sobre los cuidados del recién nacido y de sus necesidades especiales -muchos presentan problemas respiratorios, retrasos, dificultades psicomotrices...- y además se les echa una mano a la hora de lidiar con la burocracia inevitable para pedir ayudas o acogerse a algún tipo de beneficio, o labores de acompañamiento.
Pero este viraje hacia la gratuidad no es el único cambio que han experimentado las familias de los bebés prematuros, porque la crisis también ha cambiado las prioridades de su entorno. «Antes los padres contaban con la ayuda de sus parientes más cercanos. Si debían hacer algún tipo de gestión siempre podían pedir al tío, la tía, el primo o la cuñada que se hiciera cargo del recién nacido durante unas horas. Pero es que actualmente esas personas tienen otras preocupaciones, están buscando trabajo y tienen menos disposición». Y es más, añade, ahora es cuando más lo necesitan, pues los padres tienen miedo de cogerse un día libre para atender al pequeño ante el temor de ser despedidos.
Pese a todo y a esa demanda cada vez más creciente, Pérez se muestra optimista. «La demanda ha subido, el dinero ha bajado, pero nosotros hemos conseguido hacer más cosas con menos dinero ¿Cómo? Trabajando el doble».
Acompañamiento cómplice
Cuatro hospitales de la Comunitat Valenciana se benefician del programa de acompañamiento de Avaprem. Una veintena de voluntarios que dan «calidez» a momentos tan difíciles. Emilia Pérez lleva una década haciéndolo, y lo que más le ha marcado es «la complicidad con las emociones». «Existe una conexión con los padres muy fuerte. Hay que intentar que sean optimistas dentro de su desánimo». Cuenta que son muchos los que regresan años después para darle las gracias.
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