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La melodía de Merkel desafina en Bruselas
Bruselas- ¿Cómo es posible que la crisis de Grecia, que supone el 0,5% del PIB mundial, haya dejado el futuro del euro más cuestionado que nunca, la UE herida de gravedad con una nueva sima institucional abierta por el plantón del Reino Unido, y nos haya conducido a las puertas de una nueva recesión? Gran parte de las respuestas las esconde Angela Merkel. La canciller ha tenido claro, desde que la crisis se contagiara a la economía real, que la única cura para superar la recesión consistía en austeridad y rigor fiscal.
El estallido de los problemas en la eurozona con la tragedia griega en abril de 2010 fue su oportunidad para germanizar Europa e imponer una férrea disciplina, con la autoridad de ser la locomotora de la UE. Merkel ha probado cumbre tras cumbre europea que Alemania siempre gana.
El último encuentro de los dirigentes europeos fue el ejemplo, una vez más, de que Berlín ha tocado la partitura de la salida de la crisis, con todos los líderes siguiéndola como al flautista de Hamelín. Y aunque algunos ya de salida, como el presidente Zapatero, reconocen que se han podido cometer algunos «errores», nadie cuestiona a la conservadora alemana su cetro de mando, ni siquiera el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que se arrima a ella como devoto feligrés para mantener sus opciones de reelección la próxima primavera.
Pero el último intento por salir de la crisis de la semana pasada, en el que convenció a todos los países de la UE, menos al Reino Unido, para sumarse a su nuevo «pacto fiscal», ha pinchado hueso de nuevo. La presión no sólo llega de los mercados o de las asfixiantes condiciones económicas, sino también del presidente de las cumbres europeas, Herman van Rompuy, que esta semana recordó que en marzo se planteará aumentar el techo de los 500.000 millones del fondo de rescate permanente.
Este refuerzo de los mecanismos de protección de la moneda común, lo más necesario y urgente según el consenso de los analistas y dirigentes, quedó cojo en la cumbre, al rechazar Merkel la mejora del fondo de rescate o abrir el debate de los eurobonos.
La tesis de Van Rompuy
Con tal resistencia numantina de la alemana, y un panorama tan oscuro, Van Rompuy ha apostado por el único camino que le queda: acelerar los trabajos para cerrar el pacto fiscal, que se plasmará en un tratado que quiere tener listo para primeros de marzo. Su equipo fijó el viernes un calendario, indicó que con la ratificación de nueve (de los 17) socios del euro será suficiente para su entrada en vigor y explicó que los tribunales vigilarán su cumplimiento.
Todo ello, señales destinadas a unos descreídos inversores con la intención de escenificar el compromiso de los europeos con la disciplina fiscal. Pero Van Rompuy también avisó de que en la próxima cumbre se hablará también de crecimiento y empleo. La partitura contra la nueva recesión empieza a tener nuevas notas, pero ¿llegarán a tocarlas los líderes europeos?
Obstinación y mercados
A pesar del acoso del mercado, la canciller germana no cede y esta semana provocó una caída en las bolsas –5,15% en el caso del Ibex 35– al insistir en que estos recursos para blindar al euro no se tocarán, siendo suficiente con el aumento prometido de las contribuciones adicionales al FMI por valor de 200.000 millones de euros, destinados posteriormente a la eurozona, una operación que sigue en el aire.
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